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Por Ramiro Varela Marmolejo
Ingeniero Civil de Univalle, MBA U. V., Director de Caliescribe, constructor, Ex -Congresista y Ex Concejal de Cali.
El juramentarse hoy de Joe Biden como el 46º presidente de Estados Unidos va a encontrar un país dividido (demócratas, republicanos e independientes), un presidente saliente que no acepta la legitimidad de la transición de poder y las tendencias ideológicas que harán que las decisiones que la nueva administración lidere tengan más detractores que simpatizantes.
Biden y los demócratas son conscientes de que deben concentrarse en la transferencia de poder, para que se aprueben en el Senado sus nominados al gabinete, para dar inicio jurídico a sus políticas fundamentales.
El juicio político al presidente saliente es poco probable que salga adelante, se requieren dos tercios de senadores, 17 republicanos la aprueben con el antecedente que solo 10 representantes votaron el “impeachment ”.
Luego, presumiblemente lo hagan 3 en el Senado y si su líder Mitch McConnell decide votar contra su presidente, se sabe que lo acompañarán máximo 8 senadores, es decir 11, menos de los 17 . Así se mantendrá la fuerza del trumpismo en ese partido y fortalecerá a su ala extrema.
Y el debate en el fondo es constitucional, no hay claridad que pueda existir un juicio político a un presidente que ha terminado su periodo, sería la Corte Suprema que decidiría, donde hay mayoría republicana; luego existe la amenaza que Trump sea candidato para el 2024 y ese es el desbarajuste político del gobierno, donde sus actos tendrán este sesgo.
Por ello, la única salida del presidente Joe Biden es unir a su país, gran costo para el ala de izquierda de su partido, que tiene la posibilidad de gobierno con Kamala Harris como Vicepresidente y con senadores republicanos que representan minorías étnicas, que también buscarán la presidencia.
Publicado en el diario Occidente
