Rusia y la (in)estabilidad mundial

Por Jean Nicolás Mejía H |
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Jean Nicolás Mejía H

Profesional Ciencias políticas - Pontificia Universidad Javeriana Bogotá. 28 años,  Máster en cooperación internacional y organizaciones internacionales de la Universitat de Barcelona


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Los gobiernos de Kiev y Moscú están enfrentados desde hace más de 7 años, cuando el Kremlin decidió invadir y anexar Crimea a su territorio

Mientras el mundo enciende las alarmas por la crisis migratoria en la frontera de Bielorrusia con Polonia, en donde el propio presidente Bielorruso, Aleksandr Lukashenko, ha manifestado que "no detendrá a los migrantes pues no van a su país, van al suyo" en una clara afrenta contra la comunidad europea, Rusia ha hecho una escalada militar silenciosa -pero contundente- en territorio Ucraniano. 

Los gobiernos de Kiev y Moscú están enfrentados desde hace más de 7 años, cuando el Kremlin decidió invadir y anexar Crimea a su territorio, por lo que las tensiones militares en la región se han vuelto parte de la cotidianidad. Pero la reciente escalada no tiene precedentes: más de 114 mil soldados, incluidos aproximadamente 92 mil soldados de infantería, y el resto en fuerzas aéreas y marítimas hacen presencia en la zona del Mar Negro.

Desde el 2014, la anexión de Crimea mediante la toma militar del territorio ha dejado más de 14 mil muertos, impulsando un armisticio firmado en 2020 que alivió un poco las tensiones y permitió una desescalada del conflicto de forma positiva. Sin embargo las incursiones militares nunca cesaron; recién empezó la pandemia del coronavirus Rusia dispuso armamento pesado por la zona de Dombás, contigua a Crimea. Por armamento pesado se entiende el uso de artillería como tanques, así como soldados fuertemente armados, tal y como está sucediendo otra vez. 

La correlación entre la crisis migratoria en territorio bielorruso y la incursión militar rusa en el territorio de Crimea es íntima para el gobierno de Estados Unidos. Los portavoces del gobierno norteamericano han sugerido que lo de Bielorrusia es una cortina de humo para iniciar una invasión militar. Por supuesto, Rusia ha negado categóricamente las acusaciones.

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Un reciente reporte de la Fundación Carnegie para la Paz sugiere que Washington y Kiev tienen serias razones para preocuparse por el perfil militar del líder ruso

 Un reciente reporte de la Fundación Carnegie para la Paz sugiere que Washington y Kiev tienen serias razones para preocuparse por el perfil militar del líder ruso y el accionar de sus fuerzas (fuente BBC). Pero la preocupación se extiende en todo el escenario internacional; el gobierno francés ha manifestado estar en la capacidad de defender la soberanía ucraniana de la incursión rusa, y la OTAN -que es el medio internacional legítimo que tiene Estados Unidos para hacer uso de su fuerza  militar- ha movilizado fuerzas marítimas y terrestres por toda la región.  

Precisamente, el gobierno de Putin justifica la movilización de sus fuerzas militares como respuesta a los movimientos militares de la  OTAN, intensificando aún más las tensiones entre estos dos actores. Putín ha dicho públicamente: "tienes la impresión de que no nos dejarán bajar la guardia ( refiriéndose a la OTAN) háganles saber que no bajaremos la guardia". 

Por supuesto que este nivel de escalamiento militar y de las tensiones políticas y diplomáticas entre los actores del sistema internacional afecta a nivel social y económico. La crisis migratoria en Bielorrusia es una causa de ello, y de todos los efectos colaterales que pueda tener esta situación. Ucrania tiene más de 1.000 kilómetros de frontera con Bielorrusia,  y una escalada de las tensiones políticas con la Unión Europea podría desencadenar el bloqueo territorial en Polonia, haciendo que los migrantes empiecen a transitar  a los países de la región, como la misma Ucrania.

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