Absurdas e incoherentes prioridades del alcalde Ospina

Por Guillermo E. U… |
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Por Guillermo E. Ulloa Tenorio

Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.


Jorge Iván Ospina es un hombre inteligente. Ostenta una facilidad expresiva asombrosa. Su conocimiento de ciudad es indiscutible. Pero lo enceguece su obstinada soberbia. La misma que no permite que sus subalternos brillen. Contrariamente, le gusta que lo acompañen profesionales que no le lleven la contraria, que sean serviles y que lo aplaudan constantemente. Precisamente, sumada a su arrogancia, son ellos quienes lo alejan de la realidad de la ciudad.

Indudablemente el flagelo de la inseguridad, seguida de la movilidad son los mayores problemas que aqueja Cali. Lamentablemente, por su misma compleja característica de personalidad, sus subalternos ante estos dos flagelos, no están a la altura que la gravedad de la problemática requiere.

Cali registra niveles de inseguridad, de las más altas de Latinoamérica, llevando la ciudadanía a niveles de intolerancia y, en algunos casos, de situaciones de auto defensa sin mediar autoridad constitucional alguna.

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Por otro lado, presenciamos como ciudadanos el caos de la movilidad de la ciudad, obras inconclusas, irrespeto por las normas y un fracasado sistema de transporte masivo.

Recientemente el secretario de Movilidad, antecedido por sólida formación académica en sistemas de tránsito, anunció la convocatoria del tímido proyecto de semaforización inteligente para la ciudad. La licitación, por valor aproximado de $ 40 mil millones, apenas contempla la intervención de cincuenta intersecciones de las 400 que aproximadamente tiene la ciudad.

Los anteriores alcaldes y antecesores del actual secretario de Movilidad nunca reglamentaron la necesidad de interconexión, compatibilidad y lenguaje común de los sistemas de anteriores adjudicatorios, generando una verdadera torre de Babel en la semaforización. Anomalía que, en esta ocasión, tampoco se corrige.

La actual tecnología, soporta cámaras de alta resolución, que además de servir de autodetección de infracciones, son apoyo para la seguridad de la ciudad. Se acompañan las intersecciones con modernos sistemas de iluminación, redundando en mayor facilidad para conductores y peatones. Es así como funciona la integralidad de las cámaras de las intersecciones con funciones adicionales de seguridad en el mundo entero, mejorando índices delictivos de inseguridad.

El acobardado secretario de Movilidad aduce que no se ejecutará la totalidad de la necesidad de semaforización inteligente por problemas presupuestales.

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Ninguno de los dos secretarios, ni de Movilidad, ni de Seguridad alzaron sus voces ante el alcalde para definir esta como prioridad absoluta de ciudad.

La falta de carácter de los funcionarios permite que el alcalde conceda prioridad presupuestal a los esperpentos de obras innecesarias, tales como el sendero a Cristo Rey, el exagerado embellecimiento de cientos de separadores viales, prolija compra de predios, parques tecnológicos sin sentido y obras suntuarias sin diseños, como el Bulevar San Antonio.

Así las cosas, lo que seguimos presenciando son absurdos, incoherentes, descomunales y onerosos contratos, en vez de verdaderas prioridades de ciudad.

Ojalá el alcalde, en el ocaso de su mandato, impida que las cataratas que lo acompañan, sigan nublando su visión de gobernante. 

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