Univalle Meléndez, celebra 50 años en su campus IV

Por Redaccion |
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Jorge Navarro Wolff

Ingeniero Civil de Univalle


“Muchachos”: Generación estudiantil de Univalle en 1973, también profesores, docentes y trabajadores…advierto que voy a contarles mis recuerdos en primera persona del singular…

Inicialmente se me viene a la mente que entramos en enero y no en agosto como estaban  acostumbrados los estudiantes de la Universidad del Valle, en eso somos singulares; eran épocas de lucha estudiantil, rescoldo de mayo del 68 francés. Nuestra segunda singularidad fue que estrenamos sede, a diferencia de quienes nos precedieron que hicieron su carrera en la sede de San Fernando; esta fue producto del empujón que le dieron a Cali los Juegos Panamericanos de 1971.

En 1973 llegó a la facultad de ingeniería civil un hippie…

Se arrimó a la cartelera y encontró que estaba en el puesto octavo en la lista de resultados del examen de admisión, fue un alivio, pasé…………….Vean pues lo que es la vida, estos acontecimientos llevaron a que no ejerciera sino hasta el final de mi vida la parte que me gustó de la profesión, los suelos.

Alejandro Pacacius, como lo llamamos en privado a nuestro profesor de suelos  , después del curso electivo de fundaciones especiales, pilotes y esas cosas, me ofreció trabajo en su oficina y tuve que dejar pasar la oportunidad, que es calva de acuerdo con los mitos griegos… cualquier día se los cuento.

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¿Por qué? Mis padres tuvieron que emigrar de Cali, y me tocó después del quinto semestre velar por mí, de ahí que valoré el bienestar universitario con residencias y comedores a bajos precios. Cómo no recodar también la grata amistad con mi condiscípulo y su familia en cuya casa viví años, teniendo una segunda mamá… la vida es bella, gracias.

Pero, por estar haciendo política universitaria, trabajando para vivir y estudiando, en octavo semestre decidí dejar de tomar dos materias, dos en noveno y una en décimo, haciendo un semestre 11, por lo que terminé graduándome con los compañeros que venían un semestre después, esto condujo a declinar la generosa oferta del profesor Palacios.

Recuerdos llegan a mi memoria

Cuando el hippie abandonó el nihilismo y se metió a la izquierda, fue el estudiante de Univalle , compañero de ingeniería civil, natural de su entrañable Buga , le llamábamos el mudo Gabriel Libreros el que me jaló a un grupo de extensión cultural que denominamos José María Melo, un general de ejército independentista que fue presidente a través de un golpe de estado, apoyando a los artesanos que reaccionaban contra los librecambistas, los cuales los estaban dejando en la calle para enriquecerse importando lo que aquí se podía producir, vieja costumbre en este país de exclusiones.

 No duró mucho en el poder, porque ahí sí pudieron ponerse de acuerdo liberales librecambistas, radicales, conservadores de los diferentes matices y le cayeron a Bogotá desde distintos frentes derrotando la insurrección de los artesanos, hechos que, dicho sea de paso, me recuerdan la comuna de París cuando se la tomaron los obreros, gobernando de manera ejemplar. Melo murió en México lindo y querido, apoyando las luchas de ese pueblo hermano, porque como decía el filósofo: los colombianos tenemos el ego descentrado: la plutocracia se siente londinense, los intelectuales franceses y el pueblo mexicano.  O tal vez fue Jaime Garzón el del aserto.

Rector Álvaro Escobar Navia

Tuvimos la fortuna de tener como rector a Álvaro Escobar Navia (1974 – 1979), demócrata que nos recordaba al movimiento estudiantil la necesidad de construir orden dentro del derecho a disentir, carteleras para las consignas; su administración nos permitió conocer la hidroeléctrica de Chivor, actividad académica en la materia Centrales Hidroeléctricas, que vimos con el profesor German Oramas de grata recordación.

No se me olvida que el compañero de ingeniería civil, Alvarito Arcila y dos compinches, ya de regreso de haber realizado la visita académica en la provincia del oriente en el departamento de Boyacá , y hacer del largo trayecto en bus una rumba, este viaje lo trasmití por radio garbanzo, molinillo en la mano a modo de micrófono, y que otros recuerdan por la volada a donde las chicas buenas, porque qué jartera que no estuvieran buenas, la gracia de llenar de maicena la boca del que dormido daba papaya. Ni corto ni perezoso decidí escabullirme y a la altura de Girardot, le dije al conductor: «Me bajo, por favor disminuya la velocidad», diciendo y haciendo llegué a Cali dormido en Expreso Palmira.

El ICETEX era tan burocrático, que termine usando el crédito para salir de vacaciones a Juanchaco, porque los costos que supuestamente cubría ya los había pagado con mi trabajo, hay dicha que tiene el gallo que echa su polvorete y se sacude, siempre en carpa y disfrazado como un beduino para que el sol no hiciera estragos en mi piel color leche, con pantalón de baño siempre puesto para entrar al mar cuando deseara.

Más recuerdo me llegan a la mente con gratitud, la manera en que el grupo tomaba las decisiones que impulsaba el movimiento estudiantil, siempre por mayoría, sin presiones, sin sectarismos, esto trajo como consecuencia una fuerte amistad que hoy nos tiene agrupados en ASICUV, pudiendo disfrutar la fortuna de ser amigos en la edad dorada, cuando la compañía de los contemporáneos toma especial relevancia. Por eso le agradezco a los líderes de esta asociación, han sido cincuenta años sin perder el contacto y este año vamos a celebrarlos juntos de nuevo, para repetir cuentos de pilatunas seguramente.

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«¿Te acordás del día en que fuimos a rectoría y para subir nos metimos todos en el ascensor?» dice el uno… responde el otro: «Claro huevón, nos metimos todos y el ascensor se descolgó desde el tercer piso, nos tocó forzar la puerta para poder salir del foso donde los resortes nos aliviaron la caída».

O en residencias cuando el «Capitán América», en tremenda traba, se defenestró desde el tercer piso, más loco que una cabra con balaca y se salvó porque cayó encima de un cerro de pasto recién cortado que le hizo mullido el golpe, por eso le decíamos bloque 11 al psiquiátrico. Allí fortalecí amistades con compas de otras facultades que hoy perviven.

Hemos vivido….

«Confieso que he vivido» dijo el poeta chileno, pues creo que nosotros también… gracias por lo vivido compañeros, profesores, directivos y trabajadores de Univalle  y por llegar hasta aquí en mis recuerdos sin abandonar su lectura.

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1973  y  LA ESCUELA DE UNIVALLE

Orlando Arias Villa

Ingeniero Civil de Univalle

En enero de 1973 con toda una nueva generación de jóvenes, ingresé a mis estudios de Ingeniería Civil en la Universidad del Valle y  con todos mis amigos y colegas que la vida ha querido, continuemos muy unidos hasta el día de hoy y hasta el final, en la Asociación de hecho de ingenieros civiles que egresó en 1978 *ASICUV*

 ¿Cómo pudo suceder?

Las vicisitudes personales, hacen parte del rompecabezas de la realidad. Encajan como piezas. Tuve la experiencia de ser elegido en 1971 por la asamblea de estudiantes del Colegio General Santander de Sevilla, Valle, presidente del Comité de Huelga, en la eterna lucha por nómina completa que tanto se estila en este país. Y triunfamos!

El mismo día que ingresé a la U, se citó a mitin en la Plazoleta de Ingeniería a las 10 AM. Asistí juicioso y escuché con atención los discursos. Recuerdo que me impresionó mucho el de Carlos Pizarro, estudiante de Arquitectura. Habló de la "lucha de clases", del "Manifiesto Comunista" y de Marx. Terminando el mitin, busqué aquel misterioso libro en las librerías sobre plásticos de la universidad. Lo compré y lo leí, en una sola sentada. Me marcó muchísimo su contenido y le dió un sentido a la sociedad en la cual hasta ese momento, había discurrido en mis 19 años de vida.

Desde aquel acontecimiento, entendí la necesidad y la importancia de la unidad y de las libertades democráticas irrestrictas, para poder lograrlo y que me han acompañado hasta el día de hoy.

Fue toda una época colmada de conocimientos, experiencias, alto nivel académico y científico, sentido social y mucha política estudiantil universitaria.

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¿Por qué existe ASICUV?

Porque toda esta generación de jóvenes, siempre discutíamos todo y para cualquier decisión siempre votamos. El curso nunca hizo nada que no fuera discutido y decidido democráticamente. Por lo menos para mí, a eso se debe la existencia de ASICUV: _*desde muy jóvenes la práctica de la acción unitaria, estuvo profundamente asociado, con la necesaria completa libertad en la discusión para la necesaria decisión mayoritaria, democrática.*_

Felicitaciones muy sinceras y gracias…

A todos mis compañeros de ASICUV, por tener la iniciativa de llamar a sus colegas, compañeros, egresados, profesores y directivos, a recordar 50 años en la ciudad universitaria de Meléndez, aquella Universidad que nos formó y nos dio oportunidad, de ser grandes en conocimientos, experiencias y nos montó en la plataforma profesional.

Gracias a las directivas, profesores y estudiantes que mantienen la antorcha de Univalle en lo alto y por supuesto compañeros, a ustedes que para este legado, una vez más lo hicieron posible!

Los invitamos a leer : Anécdotas históricas  ( https://caliescribe.com/es/21012023-1431/educacion/23879-educacion/univ… )

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