La insurrección social en Sri Lanka

Por Jean Nicolás Mejía H |
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Jean Nicolás Mejía H

Profesional Ciencias políticas - Pontificia Universidad Javeriana Bogotá. 28 años,  Máster en cooperación internacional y organizaciones internacionales de la Universitat de Barcelona


Sri Lanka es un país (isla) en el sur de Asia, más concretamente al sur de la India, limítrofe con el mar índico. Con casi 23 millones de habitantes, pasa desapercibida en el contexto internacional pues su influencia política y económica para la región y para el sistema internacional no es relevante.

Tal vez por ello, por la occidentalidad en el tratamiento de la información, y lo que es “relevante” -o no- para los medios y para la sociedad internacional, pasa completamente desapercibido el hecho de que en Sri Lanka se está viviendo una auténtica insurrección social, que el gobierno a colapsado y se está caldeando el escenario perfecto para  el caos y la agitación social al mejor estilo hollywoodense: desaparición del gobierno y las fuerzas de seguridad para entrar en un estado de anarquía total y descontrol total.

La situación en Sri Lanka no se define como una serie de protestas en masa como suele suceder cuando hay agitación social. Se completa una semana ya de un panorama verdaderamente desolador y preocupante: primero la dimisión de casi 26 ministros y figuras del gobierno (algunos de estos asesinados y otros se han suicidado) -dejando al país sin cuerpo legislativo-, la dimisión del Primer Ministro Mahinda Rajapaksa, la puesta de un toque de queda nacional, la autorización tácita a la policía de disparar a la población civil, lo que ha colmado la paciencia de la población ocasionando la toma violenta no solo en las calles sino una auténtica insurrección social no armada: la toma de la propiedad privada de los dirigentes y políticos y su destrucción, el asesinato a los líderes políticos y el caos social como medio para la manifestación del agotamiento social.

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La cuestión lógica es entender qué pasó en Sri Lanka para que se llegase a ese punto, y la respuesta no difiere mucho de la situación actual de otros países

La cuestión lógica es entender qué pasó en Sri Lanka para que se llegase a ese punto, y la respuesta no difiere mucho de la situación actual de otros países; la isla atraviesa una severa crisis económica que ha dejado no solo a la población sin abastecimiento de insumos básicos para la subsistencia (comida, agua, medicinas, etc.) Sino que ha hecho que la nación entre en un default económico que le ubica en una condición de impago de deuda externa y ha resultado en la imposibilidad de auxilios económicos del sector privado y la banca, simplemente porque no hay el dinero.

Lo que sucede en Sri Lanka debería preocupar mucho al sistema internacional en general y debería ser un foco de atención primordial, ya que se reproduce un patrón de revolución social que la sociedad contemporánea y moderna aún no han visto. Para Peter Berger y Thomas Luckman -en su teoría de la construcción social- hay un ciclo identificado en la configuración de las sociedades (que tienen una mente colectiva) en donde se llega un punto de inflexión tal, que esta colectividad decide tomar acciones por cuenta propia, derrocando el gobierno, haciendo caso omiso de la institucionalidad y tomando el poder por cuenta propia - de facto, una revolución-.

El sistema internacional está diseñado para que esto no suceda, y para que el cooperativismo internacional influya de manera directa para poder socavar las insurrecciones y las revoluciones, pero la situación en este pequeño territorio asiático ya se ha salido de control y la población se encuentra en una auténtica crisis que ha llevado a la población general a paralizar el país de manera violenta y sistemática.

El gobierno de Sri Lanka está tratando de estabilizar la situación con el nombramiento de nuevos parlamentarios y gabinetes diseñados especialmente para contener la crisis económica y social, pero la realidad es que por primera vez en la historia del sistema contemporáneo se ha perdido el control político y social de la población, se cocinó la insurrección que puede llegar a revolución y es un patrón que se puede repetir por todo el mundo, especialmente en países en donde la población en general tiene más herramientas para desestabilizar el gobierno y derrocarlo.

  • Los resultados electorales tan apretados en Colombia , en una violencia verbal gigante entre izquierda radical y derecha radical, que recuerda el 9 de abril de 1949 BOGOTAZO, y ante lo apretado de los resultados, puede originar una guerra civil el 29 de mayo o el 19 de junio. Por ello, es importante que el gobierno y las autoridades, logren un gran acompañamiento internacional para respaldar decisiones de orden público, que se deben tomar, como se hizo el 19 de abril de 1970 y evitar una protesta sangrienta.
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