Recuperar o construir cinco mil kilómetros

Por Carlos Botero |
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Por Carlos Enrique  Botero Restrepo

Arquitecto Universidad del Valle; Master en Arquitectura y Diseño Urbano, Washington University in St: Louis.

Profesor Maestro Universitario, Universidad del Valle. Ex Director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad del Valle (de2012 a 2015) y Director del CITCE (Centro de investigaciones Territorio Construcción Espacio) de 2006 a 2010.


En Cali, dentro de su perímetro urbano necesita recuperar o construir cinco mil kilómetros lineales de andenes. Cada cual puede descontar los metros que quiera según correspondan a tramos de calle que identifique como senderos aptos, seguros y acogedores, que nunca alcanzarán a ser de más de un kilómetro. Al hacer cuentas, excepto por los proyectos de nuevos desarrollos urbanísticos, la ciudad construida hasta el año 2000, cuando se aprobó el POT, tenía ya un altísimo déficit por inexistencia en ciertos sectores o por deterioro inocultable en otros. 

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los andenes nunca ha merecido la atención de gobierno local

A falta de datos precisos por parte del Municipio de Cali, hay una operación de elemental aritmética para calcular la totalidad de andenes. Tomando un sector de los barrios República de Israel y Unión de Vivienda Popular de un kilómetro cuadrado, equivalente a cien hectáreas, se cuentan 25 kilómetros lineales de calles, es decir 50 kilómetros lineales de andenes. Como en la ciudad se cuenta con un poco más de doce mil hectáreas la totalidad de andenes ascendería a seis mil kilómetros de los cuales descontamos mil por variaciones de los trazados para redondear la cantidad asumida. 

El tema de los andenes nunca ha merecido la atención de gobierno local alguno en términos de un plan integral como componente fundamental del espacio público, mucho menos ha hecho parte de cualquier campaña.  Es paradójico que el espacio más elemental de la vida urbana, el andén, quede a la deriva como producto de la elemental idea de que  es un problema de cada predio, de cada propietario y de cada constructor o urbanizador. Ahí queda escamoteado el hecho de que el andén es parte inseparable de la calle, insustituible por su función vital para ejercer ciudadanía, es decir, habitar la ciudad, vivirla, usarla, recorrerla. Sin andenes la ciudad no es posible, no existe. 

El habitante de la ciudad se hace peatón cuando se desplaza por sus propios medios en el espacio público. Ese es el traje que todos asumen de puertas para afuera. Salvo el caso de alguna persona o personaje que renuncia definitivamente a usar el espacio público porque otros le harán aquello que él está decidido a delegar, todos nos hacemos peatones incluso para conducir un automóvil, abordar un bus o montar una cicla. 

La historia urbana de Cali tiene a su haber dos espantosos errores u olvidos premeditados en desarrollo urbano: el primero es la ligera idea de la urbanización de Ciudad Jardín, de 1962,  que no es ni lo uno ni lo otro. Una urbanización pensada para seres angelicales que solo usarían el automóvil particular para conectarse con la lejana ciudad de Cali. Probablemente los trabajadores domésticos, jardineros y servidores en general no eran previsibles o no necesitaban andenes para llegar y salir de sus lugares de trabajo  o, en últimas, no merecían ninguna consideración como para exigir andenes.

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El segundo es una vergüenza pública: la avenida Cañasgordas que no es avenida sino una agresiva vía urbana

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El Municipio de Cali, debe dar respuesta pública

El segundo es una vergüenza pública: la avenida Cañasgordas que no es avenida sino una agresiva vía urbana. A pesar de que el recaudo por valorización superó los cuatro mil quinientos millones de pesos del año 1996, en la operación no se construyó ni un solo metro de andén, pese a que por esa vía llegan y salen día a día más de quince mil peatones. Y no hay la más mínima intención de construir lo que en su momento no se hizo. El proyecto que realizó por encargo de EMRU, la Fundación Universidad del Valle hacia 2007, duerme el sueño de los anaqueles.

El Municipio de Cali, debe dar respuesta pública y el Concejo en el estudio del Plan de Movilidad, teniendo en cuenta que el empréstito y las vigencias futuras aprobadas, se les olvidó a funcionarios de Planeación, Infraestructura, cabildantes y la misma comunidad.

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