Las ‘chicas superpoderosas’ de oro

Por Redaccion |
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La infaltable cita era en el Estadio municipal de Ciénaga, un escenario que acogió al onceno nacional desde el primer partido con un lleno total. La alegría nunca faltó, la esperanza nunca se apagó y la ilusión por el oro siempre estuvo latente. Un conjunto de sentimientos que llevaron a la Selección Femenina de Fútbol a colgarse la presea dorada tras una victoria 3 – 1 frente a Ecuador.

El recorrido por el triunfo se inició en el hotel de concentración, un trayecto de media hora hasta el estadio, que estuvo marcado por la alegría y la unión de las jóvenes integrantes de la Selección Colombia de Fútbol Sub 20, que se fundieron entre cantos para subir sus propios ánimos.

Ya en Ciénaga las esperaban más de cinco mil personas vestidas con la tricolor y con el sueño de gritar: ¡Colombia campeón!, ideal que se comenzó a materializar con el pitazo inicial y mientras la pelota rodaba en busca del sueño bolivariano.

El reloj marcó los quince minutos iniciales cuando Ecuador anotó el primer gol del compromiso. Los ánimos no decayeron, la esperanza seguía intacta y la afición continuaba dando gritos de aliento a las superpoderosas. Llegó el entretiempo y con el un momento para reflexionar.

“En el primer tiempo nos estaba pesando el miedo escénico, pero en el entretiempo dije que debíamos tener paciencia, tranquilidad y volver a la esencia de lo que hacemos”, fueron las indicaciones del director técnico de la Selección Colombia, Carlos Alberto Quintero.

Direccionamiento que le sirvió al onceno nacional para tener un excelente segundo tiempo, tanto así que a los diez minutos llegó el gol del empate gracias a Valentina Restrepo. La tribuna se desbordó de emoción y no terminaba de celebrar cuando el segundo gol lo marcó otra vez la número nueve a los quince minutos. Ciénaga gritaba extasiada en una sola voz: Colombia campeón; cuando a los 39 minutos de la segunda parte del compromiso Maireth Pérez marcó el tercer gol que aseguró el oro en los XVIII Juegos Bolivarianos.

Con el pitazo final llegó el llanto, los abrazos, el canto y la emoción de un conjunto que tuvo una impecable participación en estas justas. “Desde el principio nos preparamos para esto, día a día y paso a paso estábamos luchando por ese sueño”, cuenta emocionada la capitana del seleccionado tricolor, defensa central, Yorelyne Carabalí.

Era inevitable no pensar que una de las artífices de este triunfo fue Valentina Restrepo al ser la goleadora del torneo con siete anotaciones, y este lunes en Ciénaga había logrado el empate y desempate: “Mucha felicidad. Ver correr a mis compañeras detrás de mí al celebrar para mí siempre va a ser una satisfacción muy grande. Feliz de dar eso dos goles. Yo sin mis compañeras no soy nadie y gracias a ellas también estamos aquí con la de oro”, aseguró emocionada la delantera.

Sin duda, Ciénaga fue un increíble anfitrión para el fútbol femenino, acompañó en cada partido al seleccionado nacional, hizo vibrar a cada jugadora con sus cantos y llenó de orgullo a todo el pueblo colombiano en una final de infarto que se jugó con los colores pintados por el atardecer como lienzo en la Sierra Nevada de Santa Marta, en donde las ‘chicas superpoderosas’ se bañaron en oro.

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