Panorama incierto de la disponibilidad de agua potable

Por Carlos Botero |
313

Carlos E Botero R

mantener una oferta mínima de calidad y cantidad suficiente y permanente de agua potable para la totalidad de la población.

A mediano plazo Cali podrá ser una ciudad insostenible. Los primeros indicios contundentes están resumidos en la incapacidad manifiesta por mantener una oferta mínima de calidad y cantidad suficiente y permanente de agua potable para la totalidad de la población.

El punto crítico lo marca la imposibilidad presente para habilitar la urbanización de las áreas de expansión que aprobó el POT del Acuerdo 069 de octubre  de 2000. Estamos enfrentados a la necesidad de responder a las exigencias de cubrir todo el sector a lo largo de la carretera Cali-Jamundí, área del corregimiento del Hormiguero, por el sólo hecho de su declaración de suelo urbano sin que se contara con la verdadera capacidad de responder a las exigencias que tal conversión demanda. Han pasado dieciséis años de tomada tal decisión y aún hoy es una incertidumbre la habilitación real como área urbana de semejante extensión de tierra.

No es  en vano que durante lo recorrido del último año se haya vuelto crucial el debate sobre el panorama incierto de la disponibilidad permanente de agua potable para la ciudad dentro de los próximos cincuenta años. Se vuelve prioritario encontrar la alternativa pertinente porque de ella depende la habilitación definitiva  de las áreas de expansión. Es evidente: hay que forzar una situación crítica generalizada para toda la ciudad a fin de lograr las condiciones para la urbanización efectiva de las mil seiscientas hectáreas de El Hormiguero.

se intenta a toda costa integrar dentro de un nuevo perímetro todo un sector que ha demostrado ser imposible de transformar  efectivamente de rural a urbano

Bajo el pretexto de  necesitar áreas nuevas habilitadas para responder a un pretendido déficit de vivienda, se intenta a toda costa integrar dentro de un nuevo perímetro todo un sector que ha demostrado ser imposible de transformar  efectivamente de rural a urbano. Es impositivo convertir la operación en un problema de toda la ciudad solamente para facilitar el negocio inmobiliario y, paradójico, sin poder resolver el pretendido déficit. Es decir, se habilitará nuevo suelo urbano sin solucionar el déficit que ha servido como argumento fundamental para hacerlo incluir y aprobar como asunto fundamental dentro del POT.

La reciente decisión de un juez local de congelar todo proceso de aprobación de licencias de construcción en el municipio de Jamundí, pone en evidencia la situación crítica que a escala metropolitana se nos vino encima. La mínima exigencia de la sentencia judicial es que, para liberar el proceso de aprobación de licencias para el ahora comercialmente llamado nuevo sur de Cali, es contar con un nuevo acueducto suficiente para surtir a todas las nuevas áreas y con una PTAR  efectivamente activa para controlar el gran desastre ambiental que se avecina.

caos explosivo que promueve cualquier cantidad de nuevas “urbanizaciones” sin las más mínimas condiciones de ordenamiento territorial

La codicia insaciable de los grandes urbanizadores se ha desatado por todas las áreas de Jamundí próximas a las vías más importantes contagiando a cualquier propietario de tierras aledañas a los ejes viales Cali-Santander de Quilichao, Cali-Suárez, con Jamundí de por medio, para convertirse en urbanizador del caos explosivo que promueve cualquier cantidad de nuevas “urbanizaciones” sin las más mínimas condiciones de ordenamiento territorial y sin más vínculo funcional que las carreteras regionales existentes. Incluso a nombre de Dios.

Será que el alcalde de Cali, Jamundí y la Gobernadora del Valle, competentes constitucionales  y las autoridades  de Planeación de Cali, Jamundí  y el Valle, competentes legales, según la ley de Ordenamiento Territorial 388 de 1997, se pueden pronunciar y reglamentar el futuro territorio insostenible?

Búsqueda personalizada

Caliescribe edición especial