Elecciones

Por Benjamin Barne… |
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Por Benjamín Barney Caldas 

Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle y especializaciones en la San Buenaventura. Ha sido docente en los Andes y en su Taller Internacional de Cartagena; en Cali en Univalle, la San Buenaventura y la Javeriana, en Armenia en La Gran Colombia, en el ISAD en Chihuahua, y continua siéndolo en la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona. Escribe en El País desde 1998, y en Caliescribe.com desde 2011


Seguramente muchos de los que integran cerca de la mitad de los ciudadanos que en Colombia usualmente se abstienen en las elecciones, pudiendo participar, creerán que el derecho a votar les permite evadir el deber ético de hacerlo, como correspondería en una democracia representativa, lo que lleva a pensar en cómo hacer para que el voto sea obligatorio pero no por imposición de la ley sino por convicción personal de cada ciudadano.
Elección es una designación que regularmente se hace por votos para designar algún cargo, como en este caso alcaldes y concejales, los que cuando la mayoría se abstiene de votar realmente son elegidos por la “mayoría” de la minoría que vota, la que suele ser una cuarta parte del electorado, pero que después gobiernan como si hubieran sido elegidos por la mayoría.  Elegir es escoger y si no hay a quien escoger pues manifestarlo votando en blanco no dejando que la minoría escoja

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Derecho es la facultad de hacer lo que la ley establece a favor de los ciudadanos, como lo es el poder votar o obtenerse en dichas elecciones de alcaldes y concejales, pero que en muchos casos es simplemente evadir la responsabilidad que tienen todos respecto a su ciudad y sus conciudadanos. Pero también es ignorar cómodamente el derecho a reconocer y aceptar las consecuencias de votar o no votar o hacerlo en blanco libremente, y signifique una “elección”.
Evasión, o sea el eludir una dificultad, en este caso la obligación ética de elegir, es como toca señalar el comportamiento de muchos de los que se abstienen de votar, muchas veces por simple comodidad o, peor, por una irresponsable indiferencia ante su ciudad. Son ciudadanos a medias que aún no han urbanizado sus comportamientos y sus votos, o que “viven” en otra parte, y que son, unos y otros, los que dejan irresponsablemente que otros decidan por ellos.
Deber es el estar obligado no por la ley sino por la consciencia, por lo que es lo que habría que inculcar a todos los ciudadanos por medio de su educación en la democracia, o sea el gobierno de su ciudad mediante decisiones colectivas en lo que tiene que ver con ella y sus habitantes. Ciudad y ciudadanos son inseparables de las decisiones de estos, y mucho más si estas son democráticas, ante las que abstenerse pudiendo votar en blanco no tiene ningún sentido.

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Obligación se refiere a aquello a que se está obligado a hacer por mandato de la ley, y es lo que en otras partes se busca con el voto obligatorio para evitar el abstencionismo, países que suman cerca de una quinta parte de la totalidad de los del mundo. Por lo contrario el voto en blanco es utilizar la Ley para que todos sepan responsablemente hasta donde pueden ejercer su libertad individual sin interferir negativamente con la democracia de todos y de la que forman parte.
Pero obligación también es la exigencia moral que debe regir la voluntad libre, y lo que habría que esgrimir para que muchos de los que se abstienen de votar entiendan que es más responsable para con sus ciudades y conciudadanos votar en blanco. Y con ellos mismos, pues abstenerse es privarse de algo a lo que se tiene derecho, pero además en este caso privando a sus conciudadanos del derecho a una mejor ciudad, tal como unos y otros la consideren y sometan a discusión.

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