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Nicolás Ramos G
Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP
El valle alto del río Cauca ha tenido importante participación en la vida nacional, comenzando por ser pionero en la lucha por la independencia de España, cuando las Ciudades Amigas o Confederadas del Valle dieron la primera batalla del Bajo Palacé el 28 de marzo de 1811 y cuando 4000 de sus hombres en 1822 participaron en el Ecuador y Perú en la culminación de la Independencia en las batallas de Pichincha, Junín y Ayacucho (9 de diciembre de 1824). Su gran desarrollo agrícola e industrial ha sido realizado sin aspavientos, mostrando siempre una gran solidaridad en los momentos de crisis y un generoso servicio social con la creación de escuelas y viviendas para sus trabajadores.
Hoy es indispensable que la dirigencia de ese esfuerzo creador de riqueza y bienestar se una para ampliar su gestión en la planeación integral de la región y garantizar una buena calidad de vida en el futuro, que los efectos dañinos del calentamiento global y la superpoblación lo oscurece, cada día, para la supervivencia del ser humano. Igual para tener una mayor participación en las decisiones nacionales y volver a ser autárticos en la generación eléctrica.
El devenir de la Nación, con los cambios que se avecinan, hace imperiosa esa unidad, para que la región no siga siendo un invitado de piedra en las grandes decisiones que se requieren en un futuro, muy próximo, por cierto, evitar la crisis y recuperar plenamente el imperio del lema de nuestra enseña patria de “Libertad y Orden”.
Igual, esa unidad es indispensable para impulsar el desarrollo seguro de la región con la ejecución de proyectos de ámbito regional como el control integral de sus aguas, única manera de garantizar su suministro en todo tiempo y evitar las destructoras inundaciones.
Es urgente y necesaria esa unidad, dado que, no hay que olvidar, que la unión hace la fuerza. Esa unidad es hoy tan importante como lo fue para la gesta libertadora.
