Hacer política con la tierra

Por Editorial |
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Editorial

El Senador Gustavo Petro, al criticar en la Comisión 1ra del Senado que el expresidente Álvaro Uribe tuviera fincas, tierras, englobadas en una hacienda, dedicadas a la ganadería extensiva y no a la producción de alimentos a través de la agricultura, de nuevo hace política con la tierra, tema que origina un cambio en el modelo económico colombiano

Según el senador el ex presidente “concebía la tierra como sinónimo de poder y no que la tierra es un instrumento productivo" y fue más allá, ampliada a los dueños de latifundios, con menor producción alimentaria. La propuesta económica para el líder de la Colombia Humana es "liberar la tierra" para que produzca. La gran propuesta es comprar esos grandes terrenos para entregarlos a aquellos que "ven la tierra como un instrumento de producción". Y fue más allá cuando dijo "es decir, comprarle las haciendas a Álvaro Uribe para que allí se pueda producir comida. Él la piensa como un instrumento de poder".

El ex presidente de la República dio su respuesta a través de un vídeo donde precisa la ignorancia productiva del senador Petro, reconoció a su familia como  finquera, habló de  la violencia en el campo y precisó sobre el odio comunista.

En el tema que tiene que ver con la producción agrícola la respuesta fue que en  esos terrenos era imposible debido a que las reservas acuíferas eran salobres, no había un sistema de riego y tenía larga inundaciones y periodos extensos de sequías. Esta es la razón para que la hacienda el Ubérrimo tuviera ese uso de ganadería.

Similar propuesta había hecho Gustavo Petro en la campaña presidencial pasada (abril 2018) cuando muy cerca de Cali, en Puerto Tejada, Cauca, como  candidato  presidencial le solicitó a Carlos Ardila Lullë, (hoy fallecido) dueño del ingenio del Cauca, que vendiera los terrenos para entregárselo a comunidades afros,  campesinas e indígenas… Con el argumento que en el Norte del Cauca hay 30,000 hectáreas de tierra infértil como consecuencia del monocultivo de la caña en la que producen sustancias que les hacen daño a los colombianos. Fue más allá y propuso que "le solicitaría a Ardila Lullë que entendiendo este proceso económico nos venda Incauca para la demostración de cómo se desarrolla el Norte del Cauca, si no quiere, no hay problema, compraremos a otros, pero 30,000 hectáreas de tierra tienen que trasladárselas a las comunidades para producir diversidad de productos e industrializar". Esta propuesta dio frutos electorales, pues los municipios azucareros votaron por el senador Petro.

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En el tema que tiene que ver con la producción agrícola la respuesta fue que en  esos terrenos era imposible debido a que las reservas acuíferas eran salobres,

Que un posible presidente de la República le proponga a un privado "comprar" una extensa tierra, que es productiva, gracias a más de 100 años en inversiones agroindustriales y a décadas de procesos de dirección industrial y orientación empresarial de un ingenio, es en la práctica un cambio del modelo económico colombiano porque sería una compra forzosa o un bullying de alto contenido popular, que adicionalmente es una responsabilidad económica, cerrar una industria como la caña que representa gran parte de la economía nacional, del Valle del Cauca y del vecino departamento del Cauca.

Esta propuesta inconstitucional de obligar a los privados mediante un acto de la presidencia a cumplir responsabilidades sociales que la constitución nacional y la ley no se lo exige, hace que con la presión y coacción para que el Estado invierta en recursos.Lo de fondo es que un gobierno no puede libremente iniciar un proceso de compra o de expropiación.

Ya la experiencia se vivió en Venezuela cuando el coronel Chávez como candidato presidencial lo propuso en 1999, convirtió en 10 años a este país en inviable económica, financiera y socialmente, derrumbando la empresa privada y su economía.

Tuvo su principal génesis cuando el gobierno de Chávez arrancó con el control de la economía productiva, en su volumen de confiscación de medios de producción, como tierra todo dentro del proyecto socialista de la denominada Revolución bolivariana. En el año 2006 cuando Chávez decidió intervenir la propiedad y el control del sector productivo nacional, en su plan de desarrollo 2007-2013, para nacionalizar los sectores estratégicos de la economía  nacional.

En los 2 primeros años invirtió US23.400 millones de dólares pagando expropiaciones y nacionalizaciones, con una frenética compra de predios privados, creciendo el pasivo del Estado venezolano y los bienes comprados no representaron reproducción productiva alguna, terminando en gran fracaso la gran mayoría de sus inversiones, como centrales azucareras que hoy trabajan en la mínima expresión. El poco respeto por los derechos de la propiedad privada generó pésimos resultados en Venezuela en materia de producción agrícola, por la baja rentabilidad, menores inversiones por la incertidumbre, los controles y la inseguridad jurídica. Las acciones sobre la propiedad y especialmente de tierras con vocación agrícola derrumbaron la inversión privada. Allí Venezuela perdió su potencial productivo, competitividad eliminando los eslabones claves de numerosas cadenas productivas, que llevaron a la escasez y la desinversión.

La tierra expropiada a sus propietarios, superó los 4 millones de hectáreas, cifras publicadas por el ministerio de agricultura de Venezuela entre 1999 y el 2010 y esto acabó con la economía venezolana. Luego las propuestas electoreras del candidato Petro , buenas para subir en las encuestas , son muy preocupantes para la economía colombiana. Claro que abogamos por rectificar el modelo, y por una justicia social, pero las expropiaciones  en el hermano país fueron desastrosas y ese mal ejemplo , no se puede seguir.

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