¿Recuperación del MIO?

Por Luz Betty Jime… |
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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.


 

El acuerdo al que llegaron el alcalde, el presidente de METROCALI y dos de los cuatro operadores del MIO consignado en un documento conciliatorio de las pretensiones de las partes que lo suscriben y que será presentado al tribunal de arbitramento para su aceptación, no deja de plantear varios interrogantes que suscitan diversas inquietudes las cuales no han sido posible dilucidar, ya que hasta el momento nadie conoce el contenido del citado documento fuera de sus intervinientes, lo que hace indispensable el cumplimiento de los principios constitucionales de publicidad y de transparencia que deben regir todos los actos de la administración pública, ratificados por la resolución 1/2018 de la CIDH, mas aun tratándose de un hecho trascendental con el cual se busca resolver los graves problemas económicos, financieros y operativos del transporte masivo de la ciudad, cuya solución va más allá de la firma del citado documento de conciliación.

Tal como se ha podido establecer los otros dos operadores se han rehusado a suscribir el documento no obstante la invitación del alcalde a proceder de conformidad como condición para recibir los subsidios a la “demanda” aprobados por el Concejo Municipal.

Aunque el presidente de METROCALI expresó públicamente ante los medios que su administración ha procedido beneficiando siempre el interés general por encima del interés particular, refiriéndose con ello a que con dicho arreglo parcial no solo cesan las demandas judiciales contra la entidad sino que también resultarán beneficiados los usuarios con el mejoramiento del servicio, ésta circunstancia tan solo resuelve parcialmente el problema operativo a pesar de que existe el propósito de ingresar al sistema 424 vehículos en treinta meses hasta completar 911 para atender la demanda del servicio, para lo cual se convocará una nueva licitación para escoger al concesionario que aportará el número de buses arriba señalados. De aquí se desprende que dicha operación quedará en manos de un quinto operador considerándose que de esta manera se resolverán las dificultades por las que atraviesa el MIO que desde un principio fue mal planeado y no podrá recuperarse simplemente conciliando con sus operadores el pago de una supuesta indemnización o a costa de tener que elevar el valor del pasaje y disponer de ingentes recursos del presupuesto para atender la deuda de los operadores con los bancos a los cuales se encuentra hipotecado buena parte del patrimonio del sistema MIO.

La denominada “transformación del Sistema Integrado de Transporte Masivo de Cali” aplicando el modelo de sostenibilidad señalado por el gobierno nacional y acogido por el ente gestor con el objetivo de mejorar de manera definitiva la calidad del servicio que se presta a los usuarios” tal como lo afirma METROCALI en el comunicado de prensa, se presenta simultáneamente con el acuerdo al que llegaron la alcaldía, las universidades y colegios del sur de la ciudad para que estudiantes y profesores utilicen el carro compartido o “carpooling” como estrategia para disminuir el flujo vehicular mejorando la movilidad en ese congestionado sector de la ciudad, decisión que disminuirá el número de usuarios del MIO y con ello las proyecciones financieras acordadas con los operadores, lo que a futuro generará nuevas demandas al disminuir el número de usuarios repitiéndose el ciclo que ahora se pretende cerrar.

A estas alturas la reestructuración del MIO demanda de una reforma estructural que no se limite al otorgamiento de nuevos subsidios y aumento en el valor del pasaje que no alcanzan para llenar el barril sin fondo en que se han convertido las finanzas del sistema, sin que finalmente se pueda lograr su recuperación, en tanto la demanda de pasajeros ha sido captada por el transporte en motos, bicicletas, vehículos piratas, agravándose aun más la situación con la puesta en práctica del proyecto de la administración del “carpooling” o carro compartido y demás iniciativas privadas que compiten con la prestación de un deficiente servicio público de transporte en la ciudad.

Una eventual transformación y recuperación del MIO pasa necesariamente por la intervención del sistema para lograr reestructurarlo acorde con los intereses y necesidades de los caleños y de la ciudad a los cuales se les traslada todo el costo del mal servicio y la responsabilidad de la quiebra del sistema.


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