El gobierno del avestruz

Por Nicolas Ramos Gómez |
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Nicolás Ramos G

Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP


El ejemplo del avestruz que esconde la cabeza en la arena para no ver lo que ocurre a su alrededor es lo que se aprecia con el gobierno nacional. El Presidente observa la Plaza de Bolívar en horas de la noche y la encuentra vacía, pero no la mira cuando más de 32.000 personas la ocuparon protestando y 92.000 colombianos marcharon por las calles de Colombia pidiendo que el gobierno no esconda la cabeza y mire la realidad del país. Pero el Gobernante, antes de mirar la realidad de un país inconforme con su desgobierno, vuelve a esconder la cabeza para no atender el clamor del país.

El país tiene múltiples problemas propios de su condición de subdesarrollo o en vías de desarrollo como lo califican otros y es necesario analizarlos en su condición multifactorial. El problema se inicia con la explosión demográfica cuando la población crece más aprisa que la formación de capital y con ello del empleo. El capital es esencial para crear empresas que remplacen importaciones y exporten bienes y servicios. Igual es fundamental la educación de calidad para atender la demanda de personal calificado que las sirva y cree nuevas empresas.

Esos problemas no se resuelven de la noche a la mañana y menos escondiendo la cabeza en la arena. Es necesario una planeación de largo plazo para, con estudios serios, determinar donde se invierten los magros recursos del Estado y a través de frentes de desarrollo generar bienestar y crear progreso.    

Combatiendo a quienes generan empleo productivo o amenazando a empresas agrícolas organizadas que garantizan trabajo bien remunerado, con el supuesto respaldo a poblaciones supuestamente indígenas, no se crea desarrollo, ni riqueza. Cuando don Sebastián de Belalcázar llegó al Valle alto del Río Cauca había unas pocas poblaciones indígenas en las orillas de los ríos y hasta principios del Siglo pasado, este valle se inundaba en los inviernos y se secaba en los veranos y en su mayoría eran bosques. Igual todos quienes descendemos de esos primeros españoles somos igual de indios y con iguales derechos que los miembros de los llamados cabildos indígenas integrados por personas con apellidos españoles, es decir igual de mestizos que todos los habitantes de Colombia.

Después de 500 años es imposible que el mestizaje entre blancos, indios y negros no exista. Hoy con el ADN eso se puede demostrar hasta la saciedad.

Dios quiera que ni el gobierno, ni los colombianos enterremos la cabeza en la arena para evitar ver la realidad y actuemos en construir y no en destruir.        

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