- 19 vistas
Redacción
La votación en el Senado de la República por la segunda vicepresidencia de esta corporación, donde por primera vez en la historia ganó el voto en blanco para derrotar al senador Gustavo Bolívar, son situaciones que debe ser reflexionadas en el país. Podríamos decir que estamos llegando a un enfrentamiento entre la derecha y la izquierda radical encabezada por los partidarios de la Colombia Humana.
El 20 de julio hubo un mensaje de 66 senadores contra 32, que se verá reflejado en las elecciones presidenciales del próximo año. Bolívar en polémica de una vicepresidencia perdida por el voto en blanco; fue postulado por otros senadores de partidos alternativos. La segunda vicepresidencia del Senado, que ahora ocupa Iván Name, del Partido Verde, acordada para el senador de Colombia Humana, Bolívar, en nombre de la oposición. No obstante, esta postulación dio origen a un caso nunca antes visto en el Congreso: el bloqueo de una candidatura por el voto en blanco.
Con respecto a la postulación de Name en su lugar, Bolívar agregó a través de su cuenta de Twitter que “el Partido Verde, violando el estatuto de la oposición, porque ya ocuparon la segunda vicepresidencia, y haciéndole el juego al uribismo, postula a Iván Name, a quien la derecha si acepta. Es una traición a las minorías. Aceptable en el CD pero jamás en el Partido Verde. Traición”.
Lo cierto es que el Senador Bolívar, ha generado por la redes sociales y sus mismas intervenciones en el Congreso un modelo diferente , para unos de odio y Gustavo Petro ha estado en una oposición radical muy fuerte que una parte del país la entiende y la otra parte no; el estallido social profundizó las divisiones y género entre gobierno y su bancada de gobierno, con el establecimiento colombiano unas ideas alrededor de las peticiones, conquistas y daños que originó el paro nacional y estos buscaron llegar a una insurrección popular, estimulando a la primera línea, a la juventud, y a los dirigentes sindicales que apoyaban el paro.
Podría decirse que hay discurso de odio de parte y parte, como herramienta política que no se veía desde las confrontaciones partidistas en Colombia que originaron el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán. Este país tiene que trabajar mucho para derrotar la pobreza y la miseria, la pésima educación y es allí donde los discursos pueden aminorar la fortaleza de los mismos. Los libretos de los de la oposición con los del gobierno son diferentes pero están fríamente calculados, con lenguajes que afectan el futuro de la democracia colombiana.
Esto es riesgoso en una democracia frágil, con bandas criminales, subversivos, delincuentes, grupos armados ,etc que nutrieron el paro nacional. Podríamos mantener la orientación del país en ese discurso de oposición, radicalización, protesta y también destrucción del país, que puede generar víctimas y más conflictos armados.
Se requiere sensatez entre los protagonistas de la política colombiana.
