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Carlos Armando Cuervo Jiménez
Emprendedor y empresario con formación en Ingeniería Industrial
Este lema, que reposa en el escudo de Colombia, ha sido usado en esta semana y media por muchos partidarios de la mano dura con el fin de exigirle a Gustavo Petro mayor control militar y policivo frente a los desórdenes y asonadas que se vienen replicando en muchas partes de la geografía nacional.
Hasta ahí nada fuera de lo común, pero la justa campaña se transformó en un pulso de poder en donde se ha intentado socavar la relación entre Petro, su ministro Iván Velázquez y las fuerzas armadas de Colombia.
Cada nuevo participante de la inocente campaña elaboraba otras frases con mayor bajeza, procurando demostrar que Petro y su ministro despreciaban la institucionalidad, los esfuerzos y el respeto por los integrantes de las fuerzas armadas.
Sin duda un aleve y cobarde ataque contra la autoridad institucional, además de poner en entredicho la cadena de mando, el respeto a la constitución y el buen nombre de oficiales, suboficiales y demás personal de uniforme.
Dicen que es parte de las estrategias tomadas por enfermizos, disque patriotas, auspiciando lo que en ciertas jergas se denomina un golpe blando contra Petro.
Como si no tuviéramos suficientes problemas con un sinfín de hechos, como los climáticos, los de tasa de cambio, la inflación creciente, la perdida de la confianza y del consumo de los hogares, de narcotráfico, de delincuencia común y de falsas guerrillas, entonces ahora le añadimos el quiebre institucional y democrático, impulsando una sublevación del estamento militar.
¿Podrá la demencia ideológica de unos grupos de la población buscar el amotinamiento del estamento Militar?
¿Destruir la economía, revitalizar la violencia y polarizar en mayores extremos a esta sociedad es un acto de patriotas?
Aunque cada día estoy más lejos de los manejos erráticos de Petro, lo último que se me ocurriría es pedir una insurrección militar para resolver la incapacidad del otro bando de superarlo en la pugna electoral.
Son muy infantiles y tal vez hasta cavernarios quienes solo ven en el respaldo armado, la solución al actual manejo político administrativo del país. Señores es con ideas, propuestas y ejemplo que se puede recuperar lo que la izquierda se ha tomado.
Los berrinches, insultos y la apología a la guerra tienen cansados a una población que no escucha a payasos, como ese joven representante a la cámara de la derecha, que cada día se ridiculiza más ante quienes al menos utilizamos las neuronas para buscar salidas a la actual situación.
La libertad y el orden son consignas fundamentales en cualquier sociedad civilizada, pero no es a través de las acciones trogloditas que las vamos a honrar y menos trascenderán en el tiempo.
