¿Por qué no se vive sabroso en Cali?

Por Luz Betty Jime… |
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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.


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Por otra parte, aunque nuestra Constitución recoge el principio de la democracia participativa que conlleva a una mayor transferencia del poder de DECISION a los ciudadanos

Parodiando a la Vicepresidenta electa Francia Márquez se podría decir que en Cali no se puede vivir sabroso en razón de que sus autoridades perdieron su vitalidad para dirigir y administrar los asuntos propios de la ciudad y atender el conjunto de las necesidades de la población caleña que padece los efectos negativos de innumerables problemas sin resolver, algunos de los cuales han rebasado las posibilidades de solución de manera adecuada y racional y atendiendo el interés general por encima del interés particular de determinados grupos sociales, económicos y políticos, generándose con ello un gran desorden y anarquía en la ciudad, tal como viene sucediendo por ejemplo, con la implementación de los planes de desarrollo urbanístico, de movilidad, y del control del espacio público, etc., que sumados a los problemas derivados del desempleo, la falta de oportunidades de trabajo para jóvenes, mujeres y adultos han traído como consecuencia la proliferación de una creciente ola de inseguridad y de violencia agravadas con la existencia de cerca de un millón de caleños en estado de pobreza absoluta y relativa de un total de dos millones trescientos mil habitantes que habitan la parte urbana y rural de la ciudad.

Por otra parte, aunque nuestra Constitución recoge el principio de la democracia participativa que conlleva a una mayor transferencia del poder de DECISION a los ciudadanos con lo cual estos no solo gozan del derecho de escoger a sus gobernantes sino de participar en todos aquellos asuntos relacionados con la defensa de sus derechos y libertades individuales y sociales, no se les tiene en cuenta para escucharlos ni menos para que participen en la toma de decisiones.

En tratándose de su ejercicio dichas prerrogativas no dejan de ser más que una simple formalidad, por cuanto la administración en cabeza del alcalde Jorge Iván no cumple con la obligación constitucional de garantizar la participación real y efectiva de los ciudadanos en las decisiones que los afectan directa o indirectamente en los asuntos de interés económico, político, social, jurídico, cultural, ambiental, etc., mientras que para el mandatario “los nadies y las nadies”, coincidiendo con las palabras de la vicepresidenta electa, no se les tiene en cuenta en la toma de decisiones que asume el gobierno de turno, salvo para engrosar las masas disponibles de carácter electoral que son utilizadas para reproducirse en el poder del Estado.

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El Concejo ha sido copartícipe del deterioro de la ciudad porque ha avalado las políticas gubernamentales alejándose de la ciudadanía

Y de ahí que en la actualidad no resulte “sabroso” vivir en una ciudad que cada día se deteriora urbanística, social, económica y ambientalmente con el paso del tiempo, mientras sus gobernantes anuncian nuevas y costosas obras de infraestructura y con ellas mayor endeudamiento de las finanzas públicas y por supuesto nuevos contratos con grandes contratistas, urbanizadores, negociantes de propiedad raíz y en general con la clientela política a la cual se le garantiza nuevos espacios para la realización de toda clase de negocios en función del desarrollo irregular de la denominada economía de los servicios, que en la ciudad ha desbordado todos los límites y los derechos colectivos de los ciudadanos.

El Concejo ha sido copartícipe del deterioro de la ciudad porque ha avalado las políticas gubernamentales alejándose de la ciudadanía que exige cambios en la visión impuesta por los tecnócratas al servicio de determinados intereses particulares contrarios al interés general.

Desde la Veeduría que representamos, llamamos a los caleños a exigir de las autoridades el cumplimiento de sus obligaciones constitucionales y legales, a fin de que el cambio social no se traduzca simplemente en una instancia de comunicación y socialización de las decisiones que se toman en las alturas del poder local, sin antes oír a los ciudadanos y garantizar su participación real en la solución de los problemas de la ciudad en donde sea posible “vivir sabroso”, en paz y en medio de la colaboración y solidaridad de todos los caleños sin discriminación por edad, raza, género, condición económica y social..


Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social

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