Ing. Claudio Borrero Quijano y los ejidos…

Por Redaccion |
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Redacción

Entrevista con el Ing. Claudio Borrero Quijano, experto en la historia de Cali en ejidos y gran pensador de temas de ciudad., con el comunicador y escritor Alex Sterling y el director, Ing Ramiro Varela M

El ing Claudio Borrero, nos presentará las respuestas  a la crisis económica, social y política del Valle del Cauca y de Cali, en la perspectiva de los terrenos ejidales y el in cumplimiento con los destechados de la ciudad

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¿Cuáles crees que son los orígenes de esta crisis y cómo hemos llegado aquí?

Para mi opinión, desafortunadamente, a pesar de que vivimos una vida democrática y elegimos popularmente al alcalde de la municipalidad de Cali, no de Santiago de Cali, reitero mil veces, porque también mil ocasiones he tenido que llamar la atención a los concejales que se refieren es a Santiago de Cali, que es la cabecera municipal. El municipio tiene 15 corregimientos más allá del perímetro urbano de Cali. Empezando por allí, eso es lamentable que a estas alturas de la época que vivimos sigamos con las mismas erráticas posiciones de los actuales concejales de Cali, por unanimidad, que además votaron equivocadamente, para darle el visto bueno al señor alcalde actual, Jorge Iván Ospina, recomprar terrenos de ejidos del municipio de Cali patrimonialmente como de uso público, imprescriptibles, inajenables, inembargables, que sin embargo se los vendieron concejales desde viejas datas a los testaferros y a los narcotraficantes, Miguel Rodríguez Orejuela, Chepe Santacruz, Pacho Herrera, Chupeta y otros tantos más. De manera que era algo impactante que la SAE, que ha sido paquidérmica, esté investigando esto desde hace más de 40 años y no pasa nada.

Los orígenes de la crisis de Cali, mi tesis de siempre ha sido y será lamentablemente la falta de educación y cultura y conocimientos de nuestra base popular, la inmensa mayoría de los que se denominan para la casta blanca, la plebe, la montonera, las montoneras indígenas de negros, patirrajados, con niguas, piojo, chucha, pecueca, todo lo que usted quiera como peyorativamente los denominan, son los grandes migrantes de población de Cali, la mayoría hoy de nuestra población y sus descendientes, nacidos, los niños de esas gentes humildes en Cali. Desafortunadamente para ellos la trampa que les tendieron es de que las élites empezando por los Borreros desde 1.747 que llegaron a Cali por primera vez, enviado por la corona real en reemplazo Rosa Jerónima de la Llera que había usurpado los ejidos de Cali siendo la nuera del Alférez real, Joaquín de Caicedo y Cuero, fusilado posteriormente en 1.813 en Pasto como anti realista y resulta que el gobernador Nicolás Tacón lo ordenó fusilar. Esa es una síntesis lamentable de la ignorancia de nuestro pobre pueblo que no lo educaron y si la materia prima es la tierra se la usurparon.

Yo como Borrero rebelde con causa que conozco el almendrón por dentro, lo he repetido previamente a los míos con cariño, con respeto, con ponderación, con escritura pública en mano, con todo lujo de detalles, sin embargo, no me atendieron, mi ruego, me vi forzado a denunciar judicial, constitucionalmente y gané las acciones populares.

Nosotros somos ciudad de emigrantes…

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Lo está demostrando este repoblamiento de Cali, que la mayoría no son nativos de aquí, pero la violencia cruel con corte de franela, los desplazó a esta ciudad que enhorabuena, tenía la tierrita ejidal y la ocuparon sin tener ni siquiera conocimiento de que lo era. Yo tengo acciones populares en comunas rurales que son ejidales como la 18, ganada la sentencia de acción popular en la comuna 19 rural, que también es ejidal, y resulta que la usurparon, no solamente Jardines del Recuerdo, toda la urbanización de Altos de La Luisa, hasta los políticos encabezaron toda esta zanganería, le adjudicaron a los exalcaldes de Cali territorio en grandes extensiones, como Ramón Sinisterra Barberena, que encabeza con 1.720.000 Mts2 en la urbanización de la Bella Suiza, que está el ejido de la curtiembre. He denunciado hasta el cansancio con plena prueba. Sin embargo, la justicia paquidérmica no funciona.

 Por eso, mientras el cartel de la Toga no se enfrente a la verdad histórica, sea quien se sea que ha cometido el daño judicial en Cali, tiene que pagarla. Otra cosa es que les alcahueteen todo lo que han hecho, porque cuando usted sube a las montañas, al Parque Farallones de Cali, que es también patrimonio de Cali, por ley de la república, desde el INCORA, el 15 de julio de 1968, se lo transfirió dedicado como Parque Nacional de Farallones de Cali, al municipio de Cali, al municipio de Jamundí, Dagua y Buenaventura, en 2.320 millones de Mts2, de los cuales Cali solamente tiene 150 millones de Mts2, que yo denuncié en la acción popular y gané unánimemente. Otra cosa es que no lo han cumplido, entonces me di a la tarea, que ya tengo preparada, que damos la chiva ahora, de que estaré entregando con el nuevo alcalde, porque el de ahora ni de fundas, después de que lo elijan el 29 próximo de octubre, entregaré precisamente, para iniciar el año, con el nuevo alcalde, en enero del año 2024, la nueva acción popular de Parque Farallones  de Cali, que incluye Buenaventura, es una cosa insólita, más allá de la isla de Cascajal, donde está la ciudad de San Juan de la Buenaventura, que es la isla de Cascajal, se pasa por el puente El Piñal, y entramos al continente, resulta que el área continental es Parque Farallones de Cali, es bien de uso público, no prescribe, no se puede enajenar, es imprescriptible e inajenable. 

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¿Qué otro caso emblemático, en concreto, tiene usted, en situación litigiosa, que pueda convertirse en tierra pública, en Cali, que provenga de los ejidos?

Las actas, firmadas por Sebastián de Belalcazar, fundador de Cali, que fue un analfabeto, y sin embargo, con Pedro Cieza de León, su escribano, que le enseñó a escribir y a leer, este señor, a los 56 años, fundó Santiago de Cali, y este mismo señor, resulta que fue citado por la majestad real de Fernando Católico, previa citación que obtuvo Pedro Cieza de León, y éste le escribió el documento que firmó Sebastián de Belalcazar, en donde le implora de rodillas, le besa los pies al rey, con la Santa Biblia, con juramento de lealtad a su majestad, le entrega las tierras que él le pide, que se las ceda a las colonias que habrían de transitar por el Pacífico hacia el futuro, de todos los Farallones de Cali. Entonces, yo por eso es que me duelo, porque una cosa es que solamente habían pasado recién añitos de fundada Santiago de Cali, y ya está el acta, que la van a leer todos, porque a través de Caliescribe, la haré que la conozcan, porque no es ni extensa, sino corta, pero está con la firma auténtica del señor Sebastián de Belalcazar, lo que le redactó Pedro Cieza de León, ante la majestad de Fernando Rey Católico de España.

Les ceden las tierras en 1.540, habían pasado a duras penas tres años, siete meses de fundada Cali, y resulta que después lo ratifican por sentencia en 1.779 del 27 de abril, en denuncio que instauró para recuperar los ejidos usurpados, y lo hizo el Dr. Juan Nepomuceno Núñez Conto, que era jurisconsulto del colegio mayor del Rosario caleño raizal, de la élite, y ese señor ganó el proceso, y ordenaron la restitución de las tierras desde 1779 y no cumplieron durante 48 años, porque en segunda instancia, él mismo tuvo que adelantar el proceso el 19 de diciembre de 1828 y ganar en segunda vez, la decisión de que tenían que restituir solamente la tercera parte, de los ejidos extensos, ni siquiera la tercera parte quisieron restituir, y se armó una revolución en Cali. Fermín Pretel, que era de la heterogeneidad racial, no era negro, pero era zambo, el señor Pretel encabezó la revuelta en el atrio de la catedral de Cali, ahí es donde está la catedral de San Pedro, se tomaron el ayuntamiento, la plaza mayor, que era polvorienta, una gran revolución en Cali, y resulta que los negros, y el presbítero Pedro de Albo Palacio, que era también chocoano y negrito, él desde el púlpito enardeció a las bases populares, se tomaron a Cali, incendiaron dieciocho mansiones de dieciocho terratenientes que se habían robado en dieciocho haciendas los ejidos de Cali, desde el río Cali hasta el río Lili, desde el río Cauca hasta la cordillera en la parte alta de los faraones de Cali.

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De manera que es muy doloroso, cuando yo presento los censos es con decencia, con educación, con amor, con sinceridad, los censos míos son precisos, y los registros catastrales, las matrículas inmobiliarias, las escrituras públicas, el nombre, las cédulas de ciudadanía, quién les ocupa, cuántos exalcaldes de Cali tienen tierras usurpadas, tienen las haciendas.

Algunas familias de Cali, entre ellas algunas cercanas a mí, atendieron la documentación que le presenté a Carlos Jorge Garcés Eder, que era el gerente de Meléndez, antes de que el público lo supiera, le llevé todas las escrituras de doña Emma Giraldo de Garcés Borrero, esposa de Jorge Garcés Borrero, el del tarrito rojo de la cola granulada JGB, y le llevé los documentos de prueba. Él entendido de esta situación, ordenó en la junta de directiva como presidente la restitución, de la tercera parte de los ejidos de Meléndez Sur, y restituyeron 1.533.000 metros de 4.700.000 que ocupaba. La señora Dilian Francisca Toro, la presidenta del Concejo en la primera etapa, su prima, Audry Toro, decidió la dama, entregarle el terreno que era para hacer la vivienda de interés social de veinte mil familias con un proyecto muy hermoso, que hizo la constructora Meléndez con su plata, Sigifredo, como geólogo, el doctor Guillermo, regaló todo lo que era el sistema de aguas, es decir, un proyecto espectacular de los mejores ingenieros de Cali, incluido Hugo Ortiz como arquitecto, y no lo dejaron desarrollar porque doña Dilian decidió con Audry repartírselo a los cuatrocientos tenientes para que la eligieran presidenta de Colombia. Allá están los terrenos que se lo repartieron entre cuatrocientos ciudadanos de media hectárea cada uno, y allí se acabó todo porque el terreno se perdió. Resulta que el terreno se lo restituyeron y a mí me condecoró con medalla de oro al mérito el Concejo de Cali y el doctor Rodrigo Guerrero que es mi pariente por lo Velasco Borrero. Él mismo me reconoció que la familia Garcés restituyó voluntariamente, sin estar vencidos en juicio para evitarse la sanción penal que les venía encima. Y otras familias hicieron lo mismo. El señor Lourido, José Cornelio. 175.000 metros cuadrados. Allí había unas casitas de gente humilde y Jorge Iván Ospina lo mandó incendiar, lo quemaron con el señor director de tierras, el señor Javeriano, como yo, pero él es abogado, yo soy ingeniero civil.

El abogado Javeriano de César Augusto Lemos decidió por orden de Jorge Iván Alcalde de Cali, incendiar y quemarles los ranchos a estos pobres, infelices, familias pobres, que estaban recién llegadas a Cali y les quemaron en Aldovea. De manera que así no se puede. Esa es una manera injusta, absurda, insólita. Yo gané el proceso por proceso legal jurídico de la Corte Suprema de Justicia en aldovea. De igual manera, otros casos se presentaron similares que restituyeron tierra voluntariamente como Óscar Marino Escobar de Palmira en la hacienda Venecia, la tercera parte de su finquita, la devolvió cuarenta mil metros cuadrados, era pequeña, pero estaba en los seguidos, lo hizo voluntariamente sin procedimiento judicial, voluntariamente lo hizo como católico, desde la iglesia catedral de Cali.

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De manera que, es muy doloroso que estén sucediendo estas cosas en Cali, que ha habido algunos que sí concedieron la restitución de la tercera parte. Es que no les están quitando el ciento por ciento, que se los tienen que quitar, era todo. Y resulta que, por justicia, la vía judicial, cuando pronunciaron dos sentencias, primera y segunda instancia, se falló que solamente la tercera parte podían restituir y les quitaban de encima los denuncios penales que el sapo de Claudio Borrero los tenía denunciados penalmente a todos. De esa manera se libraron los Garcés Giraldo, de esa manera se libró Jorge Cornelio Varela Lourido, se libró Óscar Marino Escobar, y la familia Morinixo Nagano, japonesa que haya usurpado las tierras de Agua Blanca. Mi querido José Takao Morinixo Nagano, y doña Ligia Morinixo de Morinixu, también habían usurpado allá 1.800.000 Mts2 al pie del río Cauca, que se anegaban y sembraban en arroz hecho. De manera que hay que reconocerle a los que hicieron la gentileza de ser decentes y de volver la tercera parte voluntariamente sin chumbimba.

La CVC, que la he criticado yo personalmente, hizo una bella conservación ecológica, la reforestación, porque Cali lo tenían devastado, tenían ganadería en las montañas, hacían sembradíos, eso se prohibió, y se crecieron las arboledas y se mejoraron las ollas hidrográficas de los ríos que abastecen de agua acá a la zona plana. Enhorabuena por la CVC, pero la CVC alcahueteado, toda la vagabundería del parque Farallones de Cali que usurpó el Saladito, la Elvira, Felidia, Pichindé, la Leonera, en la Castilla. Yo presenté los censos uno a uno, dizque estaba prohibido, yo tuve que invertir para poder sacar cada matrícula inmobiliaria con todo lujo de detalles y demostrarlo con fide dignidad ante las acciones populares que presenté y gané en el Concejo de Estado por unanimidad ejecutoriada por la presidenta María Claudia Rojas Lasso, caleña, jurista presidente del Concejo de Estado, igualmente Antonio Velilla Moreno, el Dr. Gustavo Ayala y la doctora Gloria García, de manera que unánimemente votaron a mi favor en esa segunda acción popular que presenté que tenía que ver era con la Montaña, con el parque de Farallones de Cali que reitero, no hay exalcalde de la cúpula de Cali, no Rodrigo Guerrero solamente, a Mauricio Armitage, que también compró en el Congreso, tampoco hay derecho a que la familia Lloreda desde mil novecientos veintiséis se adueñó con escritura pública y unos terrenos que ocupaban unos campesinos.

Estuvimos en la restitución que don Jorge Iván Ospina, dizque que accedía a hacerlo, pero lo hizo por la vía gubernamental, que fue la bellísima hacienda de San Joaquín, donde está el club campestre, que es Ejido. Resulta que lo que hay ahora en el club campestre son torres divinas, hermosas, multifamiliares, de lujo, y apartamentos de un piso completo de 500 metros cuadrados cada uno, de las grandes familias terratenientes de Cali, los Garcés Borrero, Garcés Sinisterra, Garcés Garcés, Garcés Charoli, toda la familia Córdoba Chávez.

De manera que usted que conoce la gente constructora de Cali, me entenderá que no solamente la Constructora Meléndez, sino las grandes familias terratenientes de Cali tienen dentro del ejido de San Joaquín. Allí están las torres a la vista de todos los caleños a lo largo de la calle quinta, cuando lo recorran, de ver las torres al interior, en la zona del jardín, de las canchas de golf, del Club Campestre, que es Ejido, todo San Joaquín. Y le echaron mano hasta el río Lili. Así que la carretera para entrar al ejido de la buitrera, que está allí también repoblado, hay que pasar por una carretera enana, donde no le dejaron ni sardineles, ni tiene andenes, la gentecita tiene que venir de a pie, tienen bicicleta, inclusive me quedo aterrado, hay gente que sube en esos aparaticos eléctricos, ni le cuento ahora cómo se llaman. La gente, ¿Qué más hace? Cada rato hay atropellos vehiculares por la estrechez de la vía que no quieren ampliar. Los señores que usurparon el ejido de San Joaquín, que termina el río Lili, y todo el terreno le echaron mano. Es una vergüenza, es que la hacienda de San Joaquín le reclamó el mismo Jorge Iván Ospina y después se mamó, y esa es la verdad. Por eso digo yo que no hay derecho a que pasen estas cosas. Y con todo respeto por el alcalde de Cali actual, que fue Juan pueblo el que lo eligió, y lo reelegiría nuevamente si lo vuelven a lanzar de candidato, porque esa es la cultura popular que tenemos en Cali, de la base, que es la que votan mayoritariamente, y la incultura es atroz. Tocó fondo.

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