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Por Ramiro Varela Marmolejo
Ingeniero Civil de Univalle, MBA U. V., Director de Caliescribe, constructor, Ex -Congresista y Ex Concejal de Cali.
Por supuesto que el primer problema de la ciudad es el poblacional, proyectado en la pobreza y la informalidad, de allí la violencia, pero el crecimiento territorial en la periferia es lo más delicado. Se ha modificado la estructura urbana por la puerta de atrás y ya Jamundí tiene niveles de construcción de vivienda de estratos populares y medios mayores que los de la ciudad de Cali y esto no lo hemos rectificado con una propuesta seria. Este desarrollo urbano por fuera de su perímetro, tanto en invasiones aisladas, como en grandes edificaciones multifamiliares tiene su origen en la ausencia de un proyecto de ciudad.
Y lo peor es que todo ese entorno social sale sin el desarrollo de equipamiento comunitario cívico, sin una infraestructura vehicular como pasa en la comuna 18, en la 22, en la misma 1 y 2, y de esa manera la cohesión social no permite desarrollar una coherencia entre áreas con bajísimo nivel formativo y educativo, colmado de marginados y de desplazados.
De otro lado el centro de Cali se desplomo, con él se vende, se vende y hasta la disminución de los vendedores ambulantes, cuando deberíamos de incentivar el uso masivo del área donde nació la ciudad y que tiene toda la infraestructura de servicios públicos y de tecnología.
Y en este desorden o caos territorial urbano, el modelo de contención a la delincuencia y de prevención para el desarrollo económico y social ante una violencia creciente, insertadas con fronteras visibles hace que el problema todos los días crezca.
Criticar a la alcaldía para darle solución económica a la primera línea no es fácil y en ello hay realidades que es preferible tenerlas identificadas a tenerlas totalmente aisladas.
Nosotros tenemos que fortalecer la planeación territorial, para que el urbanismo no siga siendo aislada y por el contrario ojalá el próximo alcalde de Cali punja a planeación como una vice alcaldía de la ciudad de tal manera que pueda construir un habitad democrático para que la seguridad de Cali no quede en manos de la delincuencia común, sumada a esa gran influencia del narcotráfico que se ejerce desde toda el área de influencia del Cauca, Nariño, Choco, Putumayo y todo el Pacifico.
El problema de la ciudad tiene décadas atrás, al convertirse en un Cali panóptico, que se observó en el estallido social durante más de dos meses, donde el poder funcionó en todas partes del área urbana, que al garete la seguridad ciudadana y se perdió el ejercicio de la autoridad.
A trabajar incansablemente un gran consenso ciudadano para que la gobernabilidad y la autoridad se recobren en la ciudad.
