Dialéctica de las relaciones entre la economía y la política

Por Luz Betty Jime… |
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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.


La dialéctica entre la economía y la política constituye un aspecto especial y trascendental del desarrollo de la sociedad, en tanto que las relaciones económicas de producción, intercambio, distribución y consumo, conforman la base material y determinante del sistema social sobre la cual se construyen las demás relaciones sociales, especialmente aquellas de carácter político con sus clases y grupos sociales que caracterizan las diferentes etapas del desarrollo histórico de la sociedad.

Y de ahí que la política exprese en forma concentrada las relaciones económicas que la determinan en general, al tiempo que aquella ejerce una gran influencia sobre la economía ya sea impulsando o retrasando el crecimiento y desarrollo económico ejerciendo un papel fundamental en la lucha política que se libra por el acceso o mantenimiento del poder del Estado y en defensa de los intereses económicos y políticos de las clases dominantes.

Ahora bien, con el crecimiento y desarrollo del carácter social de la producción se crea la posibilidad de que la política logre una relativa independencia frente a la economía, constituyéndose a su vez en una premisa material del proceso de superación gradual del dominio de la clase económica y políticamente dominante en el marco de la sociedad capitalista, que presupone una mayor intervención del Estado e incremento de la lucha política de las fuerzas democráticas y progresistas partidarias del cambio social. En este sentido la política desempeña un papel esencial en la transformación de la sociedad.
Nuestro país no es ajeno a esta dialéctica no obstante las particularidades que reviste el desarrollo de las relaciones entre la economía y la política en su conjunto, sin desconocer el contenido esencial e histórico de dichas relaciones.

En general las relaciones entre la economía y la política han estado mediatizadas por la ideología del Keynesianismo y neo-Keynesianismo del capitalismo regulado y las corrientes clásica y neoclásica (neoliberal) de la libre competencia y del libre mercado. Para los primeros el motor de la economía es el Estado, encargado de regular la producción y conseguir el equilibrio entre la demanda social y la oferta de bienes y servicios además de garantizar el pleno empleo. Para los segundos, el Estado solo debe intervenir en la economía para asignar los recursos para el desarrollo económico y conjurar las fallas del mercado cuando estas se presenten.

Por otra parte, los representantes de la economía regulada se sienten defensores de las medidas de política económica y social, que ´por lo demás tienden a aumentar la inflación precedida de un mayor gasto público que conduce a un aumento de los precios y del endeudamiento interno y externo del Estado sustentado en la emisión monetaria.

Dialéctica de las relaciones entre la economía y la política

Por el contrario, para los voceros de la libre empresa dichas políticas son generadoras del deterioro de la economía, aunque en la práctica no se oponen al incremento del gasto militar que conduce a procesos inflacionarios. Entre tanto, sus opositores son partidarios de introducir un conjunto de reformas sociales y de ejecutar diversidad de obras públicas en alianza con el sector privado, al tiempo que los neoliberales propenden por la implementación de políticas dirigidas a reducir los salarios y prestaciones sociales de los trabajadores como una forma de aliviar las cargas de los empresarios y ayudarles a resolver sus conflictos y dificultades.

No sobra agregar que existen algunos ideólogos que abogan por una posición intermedia entre las dos concepciones ideológicas, la cual presupone de la posibilidad de que por ejemplo se acepte la intervención del Estado a determinados niveles de la actividad económica y financiera, a fin de evitar la crisis de superproducción, monetaria, financiera, crediticia, etc.

En medio de la crisis del capitalismo los neoliberales se ven obligados a reconocer los errores y contradicciones del sistema e incluso proponen la superación de los monopolios o la puesta en marcha de una estricta regulación y de mayores inversiones de capital estatal para atender la demanda económica, garantizándose la plena libertad de las relaciones comerciales bajo la protección de la propiedad privada, detrás de la cual opera el gran capital financiero nacional e internacional.

Otro de los factores que han influido en las relaciones entre la economía y la política tiene que ver con el auge que ha tomado en los últimos tiempos el populismo inspirado en diferentes concepciones ideológicas, relacionadas con la ampliación de la democracia, la defensa de los derechos y libertades, la paz con justicia social, etc., las cuales se esgrimen frente a la incapacidad de los gobiernos para resolver los problemas que afrontan la sociedad y el Estado.

De acuerdo con el conocimiento y las experiencias vividas especialmente en América latina, los populistas que lograron acceder al poder del Estado realizaron una serie de reformas políticas y sociales en favor de los sectores mas vulnerables de la sociedad, sin que se modificaran las bases mismas del sistema capitalista cuando no es que convalidaron las políticas económicas y sociales del régimen.

Dialéctica de las relaciones entre la economía y la política

En términos generales los populistas utilizan las reformas para introducir algunos cambios relacionados con los impuestos, el asistencialismo y la realización de algunas modificaciones del aparato estatal como de la ampliación de la participación democrática de los ciudadanos en la vida de la sociedad, con lo cual se atenúan las contradicciones sociales sin erradicar las causas que las producen, aplazándose de esta manera la solución real de los problemas concretos de la sociedad.

Los populistas que militan en la derecha revisten diversas formas y expresiones ideológicas y políticas, ligadas en muchos casos a determinados grupos sociales afectos al fascismo, el racismo, la xenofobia, en tanto se valen de la violencia como instrumento de lucha política por la defensa de sus reivindicaciones y objetivos políticos y sociales.
En Colombia las relaciones entre la economía y la política también han estado influidas por las tendencias ideológicas a las que hemos hechos referencia, agudizándose cada vez más las contradicciones y los conflictos sociales que han conducido a la pobreza y a la desigualdad social. No obstante que para algunos sectores económicos y políticos el camino a seguir es el de las reformas a la justicia, la salud, la educación, los impuestos, las pensiones, la actividad laboral, etc., las cuales deben garantizar según se dice la libertad de empresa, las instituciones, la seguridad jurídica y la libre competencia en el mercado. Al tiempo que llaman a los candidatos a la presidencia de la república a no poner en duda el respeto a la propiedad privada ni desatar la guerra en contra de la industria petrolera, el sector financiero y productivo, causando con ello una gran incertidumbre y desconfianza en el seno de la comunidad.

El cambio de la sociedad colombiana no tiene por qué depender del modelo que recoge aspectos esenciales del régimen capitalista con algunas modificaciones que como se sabe no afectan su estructura económica sobre la cual se asienta la política social del Estado. En tanto que las fuerzas políticas partidarias del cambio social deberán tener en cuenta no solo el conocimiento de nuestra realidad social y política sino la experiencia vivida por otros países en su lucha por alcanzar los objetivos y meta dirigidas a la construcción de una sociedad más justa y equitativa, con fundamento en el respeto de los derechos humanos, la ampliación de la democracia, la consolidación de la paz, el progreso y el bienestar general para todos los miembros de la comunidad y en contra de la explotación económica del trabajo, la discriminación social y de género y la exclusión política de los ciudadanos de participar en los asuntos de la vida económica, política y social.


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