Fútbol, con el Cristo de espaldas

Por Mario Germán F… |
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Mario Germán Fernández de Soto

Este viernes 26 de mayo, un día después de la renuncia del Ministro del Interior Juan Fernando Cristo, se cumplió un año del anuncio que hizo el ‘premier’ del gobierno nacional para poner en marcha la estrategia mediante la cual se enfrentaría la violencia en el fútbol colombiano. Y se dijo que la iniciativa se concentraría en cinco de las principales ciudades del país, incluida Cali y Palmira (por ser la sede del estadio del Deportivo Cali). Se habló entonces de poner en cintura a 250.000 hinchas del fútbol, en esas cinco sedes. Además del uso de la tecnología para captarlos en cámara, todas las medidas anunciadas enfatizaban en crear más tecnología en los escenarios deportivos; carnetización y biometría; legislación más fuerte y señalamiento de quienes, pasando por fanáticos, son verdaderos criminales.

Pero como para enfrentar la problemática de la violencia en el fútbol, todos los dirigentes en Colombia se tiran la pelota, la directiva del entonces Ministro Cristo quedó en el campo de juego de la Dimayor, que a su vez le lanzó el balón a la Federación Colombiana de Fútbol, Colfútbol. Y hoy, todavía se discute si los 36 clubes profesionales deben responder por los actos de los hinchas revoltosos. Hasta el momento solo 4 equipos han aprobado esa medida. Y sumado a la salida del Ministro, para aspirar a ser Presidente de la República, la espiral de la violencia en el fútbol pareciera no tener fin, porque justo eso fue lo que se vivió la noche de este miércoles 24 de mayo, cuando el clásico  Cali Vs. América, terminó con la invasión a la cancha por parte de esa falsa ‘tribu urbana’ llamada fanáticos revoltosos, que volvió por el camino de los desmanes, generando terror y ocasionando daños al bien ajeno.

De nada ha servido que desde el 28 de julio de 2014, exista en Colombia el ‘Plan Decenal para la Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol 2014-2024’, como política pública que busca erradicar la violencia dentro y fuera de los estadios. Yo sigo creyendo que estos actos de vandalismo se acaban el día en que a los equipos se les obligue a pagar los daños ocasionados por sus hinchas. Y se aplique el modelo de la  Premier League inglesa, que permitió acabar con la acción violenta de los ‘hooligans’ o hinchas ingleses.

En Colombia, esta iniciativa consistiría, básicamente, en identificar a quienes integran las mal llamadas ‘Barras bravas’, hacerles seguimiento efectivo y prohibir de por vida su ingreso a los  estadios, si incurren en mal comportamiento. Todo esto, complementado con las medidas anunciadas hace un año, permitiría que el fútbol colombiano no siga con el Cristo de espaldas.

twitter, instagram y facebook: @fernandezDsoto

Web: mariogerman.com.co

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