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Editorial
A través de los años y digamos que desde la década de los 70 donde se generó ese desarrollo dinámico de expansión urbana tan grande de la ciudad hacia el sur , el norte y el oriente de Cali, el deterioro físico y social del centro de la ciudad se siguió incrementando, sin que su funcionalidad al modelo de ciudad heredado en esta generación haya podido revitalizarlo.
Nació la renovación urbana hace 42 años en la ciudad (alcaldía de Rodrigo Escobar Navia - Plan General de Desarrollo de Cali 1979), con tratamiento urbanístico para su recuperación, reactivación y redensificación y no lo logró. Nació Erucali de la mano del arquitecto hoy músico y actor: Gerardo de Francisco y se liquidó 10 años después; luego en el año 2002 nace la Emru y 19 años después de haber sido formulado el Decreto 084 de 2002 de su creación como empresa industrial y comercial del estado para que ejecute acciones urbanas integrales, del plan de Ordenamiento Territorial de Cali POT, no ha cumplido su misión de gestionar, promover y coordinar proyectos de renovación urbana, ni se ha posicionado como la organización que promueve el desarrollo de la ciudad.
Es una empresa de 8 empleados y los demás contratistas que han servido para convertirse en contratante de obras públicas del municipio de Cali, (de todos los alcaldes) y no ha logrado sus objetivos de adelantar acciones para reemplazar las partes deterioradas física y socialmente de la ciudad, crear condiciones necesarias para el mejoramiento funcional de las actividades socioeconómicas (centro de Cali por ejemplo), busca la utilización del suelo urbano y ejecutar macroproyectos urbanos integrales.
No ha hecho ni uno.
Recordemos algunos de sus Gerentes para que puedan identificar los caleños, cual ha sido su legado: Arq. Nelson Londoño, Iván Mauricio Torres, Yesid Genaro Cruz, Profesora de la Javeriana Arq. María de las Mercedes Romero, Mauricio Otero, Rodrigo José Sarasti, etc.
El centro de Cali está completando 50 años como centro histórico tradicional perdiendo población (vivienda), pero la informalidad, tercerización y densidad se impuso hasta que llegó la pandemia y hoy tiene un nivel de ocupación inferior al 50% del que se tenía, por que el trabajo en casa y la cultura de ir al centro la derrumbó la pandemia y hoy hay bancos por toda parte de la ciudad, corresponsales financieros, se paga de todo en los Servientregas, hay notarías en todas las comunas e iglesias en todos los barrios. etc.
Dejó de ser el centro de Cali centro de servicios y por ello allí se consigue la vivienda económica de la ciudad (ver informe Caliescribe https://caliescribe.com/es/24042021-2359/infraestructura/20911-infraest… ) y como si fuera poco, lo suburbano, rural y las periferias se llevaron la población ante la aparición de centros comerciales en las áreas alejadas al centro y ahora oferta gigante de locales comerciales de artículos de primera necesidad.
El indicador del centro de Cali en los barrios que tienen que ver como la Merced, San Pedro, Calvario, Sucre, San Pascual, San Nicolás etc. ya no es de baja densidad, sino que tiende a convertirse en unos espacios solitarios, con una dinámica que no se sabe cómo la va a tomar la ciudadanía y el municipio y el Concejo de Cali aún no han empezado a trabajar esta nueva dificultad de ciudad.
Y también hubo consolidación de centralidades complementarias y por lo tanto después del desorden, la congestión y la seguridad al centro histórico de Cali le cayó la soledad, y sigue con ausencia de una política pública de renovación urbana.
Ahora no es el vaciamiento del centro de la ciudad sino la soledad y no hay especulación por los precios del centro, sino una economía de mucha oferta, se alquilan vivienda, apartamentos, locales etc. Y qué decir de los parqueaderos que tuvieron décadas de reinar acabando con el patrimonio arquitectónico de hermosas casas y edificaciones, y ahora con un uso comercial inferior al 50% de nivel de ocupación, lo que le generó una pérdida económica gigante a los que ostentaron el mejor negocio de Cali.
Todos esos edificios tan altos del centro de Cali, de oficinas y locales comerciales construidos durante un poco más de 100 años, amenazan ruina, por niveles bajos de ocupación, pues está apareciendo un nuevo modelo de ciudad, que no ha podido entender la dinámica de la economía de la pandemia.
Se acabó la intensa actividad en el día, y el abandono de la noche, la inseguridad y el caos del espacio público, con ventas ambulantes e informalidad, colapso y congestión, ahora es incertidumbre y lamentos.
De un declive del centro de Cali desde el punto de vista económico, lo social en el aire y las políticas públicas que no aparecen.
El desprestigio social y cultural del centro urbano y de todo lo público, ahora aparece la nube del silencio. Alcalde, gremios del centro como la CCC, empresarios, ciudadanos.....un SOS por el centro históricó de Cali.
