Pésima estrategia de gobiernos para gestionar pandemia global

Por Jean Nicolás Mejía H |
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*Jean Nicolás Mejía H 

Pareciera una carrera contra reloj, una competición entre  los países para lograr un porcentaje de inmunización muy superior. Algunos empezaron temprano y adelantaron tarea, otros empezaron tarde y aprietan, y otros más tratan de sacar adelante resultados. Y aunque podría ser una competición de todos contra todos, la realidad es que es una carrera de cada país, cada gobierno, consigo mismo.

Pésima estrategia de gobiernos para gestionar pandemia global

La respuesta es bastante sencilla: entre más población se vacune mayor proyección política construirá el gobierno, mayor confianza para los votantes y mayor terreno de cara al futuro inmediato. Y además  se adelantará una odisea  a nivel internacional: ser de los pioneros que precursaron a ese “retorno a la realidad”. Ese fue el caso de Israel, que empezó la vacunación a un ritmo sorprendente, inmunizando al 40% de la población en febrero. 

Aunque haya sido una evidente jugada política de Netanyahu para influir en las elecciones de Primer Ministro -y que en un primer momento le haya funcionado-, lo cierto es que ya no fue así -con la reciente r salida del cargo-. 

Lo mismo pasó con los proyectos y planes políticos detrás de este ritmo acelerado de vacunación en Israel, que se focalizó en alcanzar “la inmunidad de rebaño”. Se pensó que a un ritmo acelerado de vacunación la mayoría de la población estaría “inmunizada” y podría haber un desescalamiento rápido de las medidas restrictivas. Ahora mismo Israel recula y vuelve a obligar el uso de mascarillas en espacios cerrados por aumento de contagios. 

La inmunidad de rebaño  o inmunidad colectiva, es un concepto acuñado a la inmunización general de la población, en donde un número suficiente de individuos es inmune a  una enfermedad, o virus o germen de carácter contagioso -debido generalmente a un proceso de vacunación colectiva-, logran proteger y servir de “cortafuegos” al número restante de personas que no están vacunadas, creando inmunidad general.  

Pésima estrategia de gobiernos para gestionar pandemia global

Reino Unido incluyó a la inmunidad de rebaño también como una de las últimas fases del plan político de reactivación económico y social que se tenía previsto, pero que tampoco ha logrado desarrollarse de la manera esperada. De hecho, esa parece ser la consigna base de la gran mayoría - por no decir de todos- de los gobiernos, tratar  de  inmunizar a la mayoría de la población de una manera organizada -generalmente por edades, condición de vulnerabilidad y rol -esencial- en la sociedad. 

Covid en Colombia
Covid en Colombia

Pero lamentablemente en la mayoría de los casos, la implementación de estas políticas a nivel local ha sido de una manera desorganizada e improvisada, y han ocasionado más caos y desequilibrio social que orden y confianza en el desescalamiento. 

Son dos las razones principales por la que es equívoca y errónea la fantasía de los gobiernos en pretender que con la ilusión de la inmunidad del rebaño, es suficiente para iniciar el desescalamiento acelerado y empezar a apretar a la economía y movimiento, flujo social, lo que está generando que el proceso se estanque a nivel global y no haya una evolución progresiva de la reactivación económica total y social.

La primera razón es porque el ritmo de vacunación en el mundo es bastante desigual. La administración de vacunas de una manera sorprendente -pero predecible- se individualizó en cada gobierno. Cada estado hizo sus propias negociaciones con privados -como si la necesidad de reactivar a la sociedad no fuera suficiente para dejar de pensar en los negocios-  para adquirir vacunas y distribuirlas. Lo cierto es que importa mucho la velocidad de la distribución de la vacuna a nivel mundial. 

Prácticamente una campaña mundial bien coordinada podría acabar con la pandemia en cualquier momento, si se quisiera. Pero hay países con altos índices de vacunados pero que por un desescalamiento desmedido no han logrado controlar el virus, mientras que hay otros países con pocos vacunados - y de manera desorganizada además- con altos índices de contagios aún que no bajan-. 

Covid en AméricaLa segunda razón, es la aparente negación de varios sectores sociales a la vacuna por diferentes motivos; muchos jóvenes no se están ni quieren vacunarse ya sea por miedo infundado en ideas que escucharon, desconfianza en el método, inseguridad a la eficacia de la vacuna y miedo en potenciales efectos secundarios. El porcentaje de personas que no quieren ni se vacunarán es tan alto y preocupante -aunque no lo parezca- que en algunos lugares como Israel se ofrece cerveza y pizza gratis al que se vacune, y en Washington- EEUU- aprobaron la idea de regalar marihuana al valiente que se inmune.

A pesar de ser un concepto que teórica y sanitariamente podría funcionar, la forma de gestionar las posibles soluciones a la crisis -como la vacuna- ha sido mediocre, a nivel general. La crisis debió reactivar la cooperación internacional para buscar un bienestar en común, pues las dinámicas exigen integraciones a niveles regionales y globales, pero no lo hizo, lo cual habla de lo mucho - o más bien nada- que aprendió la sociedad internacional de esta crisis.

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