Diálogos gobierno y manifestantes carecen de consenso

Por Carlos Cuervo |
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*Carlos Armando Cuervo Jiménez

Cuando se iniciaron las protestas el pasado 28 de abril en Cali, yo estaba convencido que al cántaro se había rebosado con la última gota vertida por Carrasquilla y se desbordaba. Lo que nunca imaginé es que tras 57 días de vandalismo, bloqueos y bastante violencia con muchos muertos, ni siquiera se habrían establecido unas bases y reglas claras para dialogar y encontrar el consenso para resolver los problemas locales, los cuales mantienen viva la llama de la inconformidad y de las fuertes protestas.

Nuestros destinos los rigen tres niveles de autoridad: Las nacionales comandadas por el presidente Duque, las departamentales en manos de Clara Luz Roldan pero con muchas restricciones por las limitaciones constitucionales y legales que se establecen con Cali como distrito especial y las locales en manos de Jorge Iván Ospina.

Diálogos gobierno y manifestantes carecen de consenso

Pero lo que se percibe es una completa desunión entre estos niveles de autoridad, además de esa lenta reacción de los grupos de bloqueo, aunque en esta semana se avanzó un poco más.

Sin el apoyo del gobierno Duque es muy claro que Ospina poco podrá maniobrar, porque para darle soluciones a tan compleja problemática social se requiere de la legalidad que sólo el ejecutivo nacional puede determinar, además del dinero para la inversión y el apoyo mediático y ciudadano. 

Otro importante actor quien ha estado ajeno a las soluciones es el legislativo, pues con sus decisiones opuestas a las necesidades de la población solo alimenta la rebeldía y el inconformismo, sus últimas decisiones de cara al cierre de su actividad en este medio año es pobre y muy contradictorio a la expresión popular manifestada en la calle.

O subestiman demasiado al inconformismo o la soberbia no les permite evaluar que en unos meses estaremos eligiendo nuevo congreso y grandes sorpresas pueden llegar.

Capítulo aparte merece nuestra bancada legislativa quienes se han dedicado a intentar sacar provechos electorales de toda esta situación. De un lado el grupo político del Centro democrático aprovechando las indecisiones y equivocaciones de Ospina para con ello justificar un llamado a su revocatoria y del otro lado del Polo queriendo crecer electoralmente apoyando con sus acciones de carácter populista a los muchachos de la primera línea.

Diálogos gobierno y manifestantes carecen de consenso

No ayudan a la causa común que es la ciudad de Cali y sus ciudadanos todas estas acciones, solo es más de lo mismo que nos trajo a esta caótica situación, el individualismo y la falta de disposición por el bien común.

Es hora de que se construya un frente unido entre los comités empresariales, gremiales, los círculos de periodistas de opinión, la academia y todos aquellos que su voz tenga algún nivel de repercusión para que a unísono reclamemos a la totalidad de los escenarios políticos su obligación de proteger el empleo y la economía regional.

De seguir divididos en disputas ideológicas y sin un rumbo común, de seguro viviremos en un futuro cercano escenarios más traumáticos que los observados ahora.

Tenemos dos caminos a seguir el de la solución militar o de la solución dialogada, pero recuerden que la opción militar recupera el orden pero no elimina el origen de los problemas que determinaron la actual anarquía.

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