Cali atraviesa por profunda crisis institucional..

Por Luz Betty Jime… |
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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.


 

El desorden y la anarquía reinantes en la ciudad hacen parte de la constante que sufren los caleños que reclaman de las autoridades en cabeza del alcalde distrital, el cumplimiento de sus deberes y obligaciones relacionadas con el ejercicio de las funciones de carácter administrativo, que señalan que el burgomaestre debe estar al servicio del interés general además de facilitar la participación de los ciudadanos en aquellas decisiones que los afectan en su vida económica, política, social, administrativa, cultural, ambiental, tendiente a garantizar los fines esenciales del bienestar general, los derechos y las libertades consagrados en la Constitución.

Dicho estado de cosas rebasó las posibilidades de control que tiene el alcalde, en tanto que se carece de la voluntad política para garantizar el orden y los fines del Estado social y democrático de derecho en el ámbito territorial del denominado distrito de Cali.

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Ha llegado el momento en que los ciudadanos caleños comiencen a plantearse la necesidad de participar en la escogencia de un nuevo mandatario ad portas de la realización de las elecciones del mes de octubre, para lo cual es menester desentrañar de las palabras y promesas de los candidatos que aspiran a ocupar dicho cargo, sus verdaderos propósitos e intereses políticos, de clase o grupo social o personales con lo cual se estará garantizando que los cambios demandados por la ciudad no beneficien a una “mayoría-minoría” electoral que poco o nada tiene que ver con la solución de los problemas que aquejan a la comunidad en general, además de asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo.

En todo caso, se trata de que los caleños no sean tratados como masa electoral disponible por los politiqueros de siempre, que se valen de toda clase de recursos para engañar al electorado y así lograr sus propósitos económicos y políticos particulares disfrazados de defensa del interés general.

Y de ahí que sea necesario insistir en que los ciudadanos caleños se sienten a debatir en el seno de la comunidad la forma y manera de participar en el debate electoral que se avecina en este momento álgido para la ciudad que alberga a una población de aproximadamente 2.300.000 habitantes que demandan de vivienda, transporte, salud, educación, seguridad, empleo, servicios públicos, etc., los cuales rebasan la oferta de servicios de que puede disponer la ciudad en la actualidad y que constituye uno de los grandes problemas a resolver en el inmediato futuro, lo cual requiere de la ejecución de nuevas políticas que consulten el interés general y no como ha sucedido hasta ahora en que prevalecen los intereses de grandes propietarios de tierras, urbanizadores, contratistas y banqueros, todos estos responsables conjuntamente con las autoridades, del desorden y la anarquía existentes en la ciudad.

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La participación ciudadana en la elección del próximo alcalde no puede avocarse como una cuestión de menor importancia; en tanto surgen las alianzas y coaliciones electorales a través de las cuales se encubren los verdaderos propósitos de quienes solo aspiran a tener cargos en la burocracia o a participar de la contratación oficial, muchas veces contaminada con la corrupción que tiende a extenderse a todos los niveles de la administración pública.

En momentos en que la ciudad atraviesa por una profunda crisis institucional y moral como consecuencia de la violación de los principios constitucionales y legales de la función pública comprometiéndose de esta manera el presente y futuro de la ciudad, es cuando los caleños deben enfrentar con seguridad a los pregoneros del statu quo para lo cual se requiere asumir una posición crítica de la gestión administrativa dejando de lado los populismos y la demagogia que buscan apaciguar los ánimos de las clases y sectores sociales que participan en la lucha social por un cambio real de las condiciones existentes en las cuales se asienta el poder local en manos de los mismos con las mismas, en busca de lograr el control de la administración y frustrar los propósitos de un verdadero cambio que les asegure a los caleños un mejor presente y futuro para la sociedad.


Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social

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