Una ardua tarea, ser alcalde de Cali

Por Carlos Cuervo |
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Carlos Cuervo

Emprendedor y empresario con formación en Ingeniería Industrial. Desde 1984 hasta 1988 Ingeniero de sonido para el Instituto Colombiano de Ballet y la Orquesta Sinfónica del Valle, Pionero del canal de Telepacífico entre 1988 a 1992 a través de una programadora regional en donde se desempeñó como socio y director comercial. Fundador y propietario desde 1993 hasta el 2009 del restaurante y Café-bar Caffetto. Escritor y editor del blog pulso de Opinión desde mayo del 2010, y desde mayo de 2011, parte del equipo de blogs del diario Occidente de Cali. A partir de junio de 2014 colaborador de la página editorial del Diario occidente hasta el 2018. Secretario de la JAC San Antonio desde 2016 hasta enero del 2019, community manager para Antigua Contemporánea entre 2017 al 2018, asesor en procesos de consultoría de ciencias de datos para Blaucast Media desde 2018.


Como estamos en vísperas del cierre de inscripciones para ser candidato a la alcaldía de Cali, se me hace irresistible preguntar ¿Cuáles son las prioridades que debe resolver el nuevo alcalde local?

Ciertamente evaluemos algunos logros de Armitage en medio del caos en que se ha convertido dirigir esta ciudad, que al menos desde hace 22 años ha sido mal gobernada.

Logró negociar acuerdos con tres de los cuatro operadores del servicio de transporte masivo. Pudo transformar la normatividad del estado para establecer un sistema de subsidios y evitar la quiebra del sistema, asunto común en todo el mundo. Inició el proceso de modernización de las escuelas y colegios estatales que en su inmensa mayoría registraban ruina. A pesar de lo complejo, logró darle un impulso al decrecimiento de la tasa de homicidios local. Alcanzó a dejar en construcción algunos desarrollos viales en el sur que ayudarán a mitigar la alta congestión en esa zona de la ciudad.

Pero como la tarea era colosal, estas consecuciones palidecieron ante los obstáculos sin resolver, causando la imagen de inepto ante la comunidad.

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Entre la descomunal lista de prioridades omitidas podemos mencionar: la incapacidad de culminar las obras pendientes desde hace dos administraciones atrás, el deficiente manejo a la percepción de inseguridad, impulsado por el creciente fenómeno de hurtos callejeros, la reestructuración de EMCALI para alcanzar su eficiencia financiera, el parcheo insuficiente de la malla vial, la incapacidad de resolver la problemática de cortes de agua en el 70% de la ciudad, además del inadecuado manejo a las deficiencias del transporte urbano, el cual a duras penas se intenta mejorar ahora al final de la administración.

Como guinda de este pastel viene el paso de municipio a distrito con su exorbitante costo inicial.

Ahora reflexionemos sobre los gobiernos pasados y su impronta de mala ejecución.

Hemos tenido dos gobernantes que no gastaron mucho de las rentas estatales con el argumento que resultaba mejor ahorrar, mientras la ciudad se arruinaba.  Otro alcalde planteó obras faraónicas que se cobraron por adelantado sin culminar más de la mitad. Otro entregó el manejo del recaudo impositivo a un privado creando un preocupante enredo que determinó su destitución.

Así que comparando con la actual administración no encuentro realizaciones para determinar ¿Cuál de todos estos gobiernos fue menos mediocre? Y supera al actual.

Pero como queremos ver a Cali convertido en un buen vividero, debemos pensar si un candidato inexperto lleno de buenas intenciones u otro experimentado pero bastante incumplido es la solución o reflexionamos y consideramos otra opción con experiencia en lo público y sin tacha en el proceder. 

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