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Por Guillermo E. Ulloa Tenorio
Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.
Cumpliéndose cinco años de la partida de don Jaime Cardona, patriarca visionario de la cadena de supermercados mas importante de la región, pareciera que sus bendiciones emprendedoras sintieran el destino de lo que fue su obra y de la mano del liquidador se presentan novedosas alternativas de reactivación.
Lo que fue símbolo icónico, atravesando dificultades financieras y golpeado fatalmente por la pandemia, no tuvo alternativa diferente que acogerse a la ley de reorganización y de liquidación judicial. Pese a que en lo corrido del año se generaron ingentes esfuerzos de reactivación, los paros y bloqueos de abril y mayo sepultaron la iniciativa.
Cali, tradicional cruce de caminos, de puertas abiertas y acogedor ambiente, ha sido receptora de migraciones de todos los rincones del país. Si bien es cierto, la etnia afrodescendiente es mayoritaria, el mestizaje e integración poblacional es resultante multiétnico y símbolo inequívoco de la ciudad y región.
Desde hace medio siglo, la ciudad vio florecer migraciones antioqueñas, especialmente originarias de Granada, municipio del oriente antioqueño, colindante con la laguna de Guatapé. El espíritu aventurero, emprendedor y laborioso granadino encontró oportunidades en el comercio abarrotero, creando infinidad de negocios relacionados. Aristizabal, Betancourt, Gómez, Giraldo, Quintero, Valencia, son apenas algunos apellidos, que con el tiempo empezaron a dominar el comercio caleño.
Con el tiempo, los tenderos se convirtieron en pequeños formatos de supermercados barriales y posteriormente crecieron a niveles casi de hipermercados. Mercar, Surtifamiliar, Galería, Súper Inter, Cañaveralejo, entre otros, se volvieron nombres reconocidos, despertando el interés de grandes jugadores del sector en sus negocios. Olímpica, Carulla y Éxito fueron comprando los acreditados establecimientos, pero sus propietarios, con su característica habilidad emprendedora, siguieron el camino conocido y recorrido, volviendo a empezar en su origen de tenderos.
Ante el cierre definitivo de La 14, las acreditadas ubicaciones despertaron inusitado interés. El liquidador, responsable de recuperar el pasivo financiero, especialmente el laboral, la suerte de cientos de pequeños proveedores y aprovechando la potente lealtad de compradores fue encontrando adecuadas soluciones.
Los más pequeños formatos encontraron en los Gómez de los Cañaveralejo cabida. Comfandi empezó a surtir el local de Cristales. Y don Tulio Gómez Giraldo, fundador de Super Inter y principal accionista del equipo América mostró interés en cinco grandes localidades. El espíritu emprendedor paisa mostró aguerrida tenacidad, pero quizás lo mas importante, evocó positivismo a una región que atraviesa un difícil año.
El local de Bogotá será sede de la multinacional sueca de muebles IKEA y se rumora el grupo Éxito y Cencosud (Jumbo) podrían interesarse por algunas ubicaciones que les permitan crecer, sin canibalizar sus actuales tiendas.
Los paisas caleñizados, dueños también del 80% de las panaderías de la ciudad, impulsan, dan confianza, motivan y de las cenizas hacen resurgir las 14. Y dejan la gran enseñanza y legado de seguir creyendo en la ciudad que los adoptó y que hoy llaman hogar.
