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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.
Mientras no estén aseguradas las condiciones económicas y sociales entre los hombres y las mujeres, las personas de diferentes razas, nacionalidades, jóvenes y mayores adultos y estratos o capas sociales, no podrá avanzarse por los caminos de la igualdad social. Siendo la desigualdad económica una práctica inveterada de la sociedad capitalista derivada de la concentración de la propiedad privada en pocas manos, resulta imposible garantizarles a los ciudadanos del común sus derechos a la igualdad social dentro del marco de las organizaciones e instituciones estatales y jurídicas, propias de la democracia liberal y de la social democracia, lo que por supuesto no significa en modo alguno renunciar a la lucha social por la defensa de los principios de la equidad, la democracia económica, política y social ligadas a la defensa de los intereses de la gente y del cambio social con miras a construir una sociedad más justa y equitativa cuya base esencial debe radicar en el trabajo de millones de seres humanos.
Y de ahí que la realización de la equidad y la justicia social conlleven la necesidad de contar con la proporcionalidad en la distribución de la riqueza social la cual dependerá de la correspondencia entre el aporte laboral y el volumen de los bienes y servicios recibidos, lo que significa que aquella persona que aporte más a la sociedad deberá obtener mayores beneficios. De esta manera la distribución según el trabajo se convierte en el principio rector de la nueva sociedad, aunque con ello no se consiga en definitiva la igualdad real que implica la distribución y la participación de los bienes y servicios no solo del aporte laboral sino de las necesidades de los individuos, para lo cual deben constituirse los fondos sociales de consumo con el fin de facilitar la satisfacción de las demandas sociales. Así se podrá garantizar la justicia y la igualdad en el marco de las relaciones sociales de distribución de los bienes y servicios para todos los individuos de la comunidad.
Con el desarrollo y perfeccionamiento de los fondos de consumo se logra gradualmente avanzar en el proceso de homogenización social en el sentido de que a todos los ciudadanos se les garantice el acceso al disfrute de las necesidades, en tanto que se deben tener en cuenta las diferencias respecto de los individuos que por razón de sus condiciones y características naturales y físicas poseen un nivel diferente de derechos en comparación con los ciudadanos en general, tal como sucede con las personas vulnerables de la sociedad (niños, mujeres embarazadas, adultos mayores, enfermos o discapacitados, familias con mayor número de hijos, etc).
De esta manera se consigue superar sistemática y paulatinamente la desigualdad real de uno u otro grupo social al tiempo que surgen nuevas necesidades acordes con el desarrollo de la sociedad, las cuales deben ser atendidas equitativamente y de manera racional con miras a garantizar el bienestar general, la paz y la convivencia entre todos los miembros de la comunidad.
Con frecuencia se afirma por parte de algunos economistas y funcionarios del gobierno, en tratándose de la situación en Colombia, que las condiciones económicas y sociales de los colombianos están cambiando o tienden a mejorar sustancialmente en cuanto a la reducción de los índices de pobreza y desigualdad social, en tanto que crece la clase media que se dice alcanza el 50% de la población del país, es decir, un poco más de 20 millones de habitantes.
Así mismo, se afirma que más de tres millones de personas que antes se encontraban en la pobreza extrema, han mejorado su condición de vida superando relativamente dicho nivel. No obstante lo anterior, según algunas cifras oficiales se calcula en 20 millones la población pobre de Colombia, para la cual los gobiernos les entregan a una parte de la misma, subsidios que en todo caso resultan insuficientes para atender sus necesidades, ya que carecen de oportunidades de trabajo estable y duradero lo cual no les permite salir de la pobreza, particularmente con aquellos colombianos que viven en los municipios y regiones mas apartadas y pobres del país y abandonadas del Estado como en la Guajira y en el Chocó, aunque la pobreza y la desigualdad social también tienen su asiento en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, en donde los pobres viven del “rebusque” y del asistencialismo mendicante que les ofrece el Estado.
La nueva cara de la pobreza se revela así mismo con los 7 millones de desplazados por la violencia y el surgimiento de una cantidad “relativamente sobrante” de trabajadores, empleados y profesionales entre los cuales se cuentan médicos, economistas, abogados, ingenieros, técnicos, comunicadores sociales, etc., que superan la demanda efectiva requerida por la economía y cuyos ingresos no les alcanzan para satisfacer sus necesidades individuales y sociales en la medida en que deben competir en el mercado laboral en desigualdad de condiciones agravada con la crisis de la pandemia del COVID-19 y la desaceleración de la economía que trae consigo el desempleo y la informalidad, al tiempo que crece la inflación poniendo en jaque a los sectores populares y medios de la población con el alza en los costos de los bienes y servicios especialmente de los alimentos.
Capítulo aparte lo constituye la situación de la mujer discriminada en el trabajo con una remuneración salarial por debajo de la que tienen los hombres y mayores obstáculos para educarse y profesionalizarse e intervenir en los asuntos atinentes a la dirección y administración de los asuntos públicos y privados con el Estado y la empresa privada.
La situación de la mujer del campo se agrava aún más por el hecho de tener que asumir obligaciones de sostenimiento del hogar y de su familia. Los avances en su lucha contra la discriminación le ha permitido el ascenso a determinados niveles de la vida económica, política, social, cultural. Sin embargo la situación de pobreza en que se encuentran la mayoría de las mujeres se ha convertido en una barrera para ascender a los niveles superiores de la vida social.
La liberación de la mujer de la discriminación está ligada igualmente al hecho de que la sociedad en su conjunto se libre de la explotación económica del trabajo, en torno al cual se impone la igualdad social de todos los individuos; entretanto la igualdad entre el hombre y la mujer atinente al trabajo y a otras actividades implica tener en cuenta las características y particularidades de la mujer desde el punto de vista físico y psicológico, con el fin de librarla de todo aquello que no contribuye a su progreso individual y social.
La igualdad y la justicia social siempre han constituido un anhelo de la humanidad, al tiempo que en la sociedad capitalista no deja de ser más que una posibilidad formal que en la sociedad de clases se ha convertido en toda una frustración. En este momento en que crece la lucha contra la discriminación social, racial, nacional, de género, sexual, etc., y se profundizan las contradicciones y los conflictos sociales; las fuerzas políticas, democráticas y progresistas deben guiar a las masas a realizar las acciones dirigidas a terminar con la desigualdad social en todas sus formas y manifestaciones y construir una sociedad más justa y equitativa en donde la igualdad se convierta en una realidad palpitante conjuntamente con el perfeccionamiento de las condiciones económicas y políticas de vida de los seres humanos.
NOTA: Las tres columnas que terminan hoy y dedicadas a tratar el tema de la Igualdad Social constituyen un aspecto importante y trascendental desde el punto de vista económico, político, cultural, a propósito de que en el país se ha creado el ministerio de la igualdad y la equidad que ocupará la vice presidenta Francia Márquez con énfasis en la protección de los derechos y deberes tanto de hombres como de mujeres en medio de la existencia y desarrollo de las relaciones sociales a todos los niveles de la vida social.
Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social
El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social
