Fondo Solidario y de Oportunidades, capital semilla, de trabajo y microcréditos

Por Guillermo E. U… |
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Por Guillermo E. Ulloa Tenorio

Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.


Se ha comprobado hasta la saciedad que el Estado, tanto dentro del contexto global como local, es pésimo administrador de bienes y servicios. No existe modelo socio económico exitoso, sino contrariamente, ejemplos fracasados de la propiedad social de los medios de producción. La administración colectiva de medios de producción y distribución de bienes, que en teoría pretende cerrar brechas de igualdad, equidad y pobreza, se convierten en laberintos de corrupción del proletariado político dirigente.

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En el contexto nacional abundan modelos de ineficiencia, que llevaron a su cierre, pese a la necesidad de satisfacer incalculable demanda de servicios

La anterior aseveración ha sido probada en la migración del régimen socialista predominante en la antigua Unión de Republicas Soviéticas, los países europeos que conformaron la cortina de hierro, Alemania y China, hacia modelos de libre empresa y emprendimiento individual.

En el contexto nacional abundan modelos de ineficiencia, que llevaron a su cierre, pese a la necesidad de satisfacer incalculable demanda de servicios. Ferrocarriles Nacionales, Telecom, el monopolio del sector licorero, empresas de servicios públicos, generadoras de energía, son apenas algunos ejemplos destacables.

En el marco municipal caleño también pululan ejemplos. Metrocali, el componente de comunicaciones de Emcali, Bancali, Emsirva y Calisalud, entre otros. Todos los anteriores sucumbieron a presiones políticas, insaciables apetitos burocráticos, equivocados perfiles administrativos, acompañados de plataformas de favoritismos conducentes a fortalecimiento electoral del caudillo de turno, arrojando incalculables perdidas economicas con cargo al erario municipal.

Cubriéndose con el fantasma de la pandemia el municipio, a través de la Secretaría de Desarrollo Economico Distrital, presentó al Concejo Municipal la iniciativa de crear otro esperpento bautizado con el nombre Fondo Solidario y de Oportunidades.

Lógicamente, la sustentación del proyecto en el papel, parece inquebrantable, indestructible y a prueba de todo. Y fue así, bajo la hipnosis del Covid, que el concejo aprobó la iniciativa y posteriormente sancionada por el alcalde Ospina. El laudable programa “Va dirigido a los emprendedores, trabajadores informales y a todas las pequeñas, micro y medianas empresas que busquen desarrollar sus proyectos productivos; así como a las que quieran volver a abrir sus proyectos, sus negocios y que tengan en su consolidación reactivar la economía.” Tendrá tres bases fundamentales de inversión; capital semilla, capital de trabajo y microcréditos

Si bien es cierto, la pandemia arrasó con miles de pequeños emprendimientos, y posteriormente las nefastas consecuencias de los paros y actos vandálicos sepultaron esperanzas de reactivación, no es función del estado ser el generador de empleo.

El gobierno municipal debe ser articulador en crear y generar condiciones que permitan que el sector productivo privado, la creatividad individual y el emprendimiento tengan garantías de iniciar actividades sin la tramitología, ni el factor impositivo contributivo que aleja su formalización.

El sector formal financiero ostenta un probado sector de entidades dedicadas a las microfinanzas y a través de este regulado sistema, vigilado por la Superfinanciera, el año pasado atendió 2.6 millones de microempresarios, en cuantia cercana a $ 5 billones, del cual el 52% de beneficiarios fueron mujeres.

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El municipio, como ente rector gubernamental, debe fomentar alianzas entre las instituciones, que por años vienen estructurando el tema de empleo

La expresión “reinventar la rueda” cae como anillo al dedo. La solución al problema de empleo, como ha sido formulado por la Secretaria impulsora del proyecto, es innecesaria cuando su funcionalidad ha sido probada exitosamente por múltiples entidades dedicadas al microcrédito y formación de emprendimientos.

El municipio, como ente rector gubernamental, debe fomentar alianzas entre las instituciones, que por años vienen estructurando el tema de empleo. La Cámara de Comercio de Cali identificó hace unos años siete clusters de emprendimiento; Belleza, Salud, Macrosnacks, Proteina Blanca, Bioenergia, Confecciones y Habitat Urbano.

Las universidades han generado iniciativas de emprendimiento. La Universidad Javeriana ha creado el centro de emprendimiento Campus NOVA como modelo de creación de empresas e innovación empresarial. Universidad ICESI, también ha desarrollado un modelo similar, Centro de Desarrollo Espíritu Empresarial CDEE. Universidad San Buenaventura, Católica y Autónoma, apoyan su estudiantado en procesos de formación de emprendimientos, con menor énfasis que Javeriana e Icesi.

El sector fundacional ha sido un elemento importante en capacitación de emprendedores, destacándose Fundaciones Carvajal, Propal, Bolívar Davivienda, Bancolombia, MAC, Smurfit-Carton Colombia, Coomeva, Corona, Epsa, Caicedo Gonzalez, Santo Domingo son algunas que de igual manera han empeñado esfuerzos por décadas en formalización de empleo, capacitación y formación.

Entidades financieras dedicadas a microcréditos como Banco Mundo Mejor, Banco W, Banca Mia, Actuar acompañan el emprendimiento fundamentadas en sus propias fundaciones de formación de empresarios con estrictos controles, vigilancia y cumplimiento de obligaciones. 

Es plausible la iniciativa, pero totalmente equivocada la estrategia. Se debe construir sobre cimientos ciertos y no engrosar la lista de entidades fracasadas por el equivocado concepto burocrático estatal.

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