UN FUTURO INCIERTO

Por Nicolas Ramos Gómez |
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Nicolás Ramos G

Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP

*Nicolas Ramos Gomez 

Es más lo que los humanos ignoramos sobre la vida y el universo, en que viajamos a 400 kilómetros por segundo con respecto a su radiación de fondo, que lo que sabemos. 

Los más grave es que actuamos para minimizar nuestra permanencia en este pequeño satélite de nuestro Sol, que según los estudiosos terminará de quemarse en unos 5.000 millones de años después de haberse convertido en una enana blanca en el universo inconmensurable y en permanente expansión.

Pero mientras los hechos anteriores ocurren a nivel cósmico, seguimos empeñados los mal llamados homo sapiens en acortar nuestra permanencia en él, lo cual demuestra que no somos tan sabios, pese a los estudios sobre los efectos cada día más dañinos del calentamiento global y la explosión demográfica que agota, pero muy aprisa, sus recursos renovables y los no renovables.

Dejando al universo y mirando la pequeña parcela donde se asienta la ciudad que en 14 años cumplirá el quinto centenario de haber sido fundada por don Sebastián de Belalcázar, vemos cómo día a día crece el desorden por sus cuatro costados y desmejora su calidad de vida.

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la pequeña parcela donde se asienta la ciudad que en 14 años cumplirá el quinto centenario de haber sido fundada por don Sebastián de Belalcázar, vemos cómo día a día crece el desorden por sus cuatro costados y desmejora su calidad de vida.

Igualmente recordemos que Sebastián de Belalcázar venía acompañado por sus 5 hijos mestizos y 146 españoles con sus mujeres indias y sus hijos, de quienes descendemos todos los que vivimos en esta región en un claro mestizaje que comenzó con su llegada.

Ya no es Buziraco en su caballo negro y sombrero alón quien asusta en las noches, ahora son los miles de facinerosos  que de día y de noche asaltan viandantes y viviendas. 

Además, se levantan construcciones en cualquier lugar que aumentan el desorden urbano y cientos de nuevos vehículos y motocicletas ruedan en las mismas calles, que hacen el tráfico vehicular cada día más lento y caótico. 

Ya cualquier desplazamiento de 10 o 20 kilómetros toma, estando de suerte, mínimo una hora.

En palabras náuticas es una ciudad al garete y lo peor sin brújula y menos con derrotero o carta de marear y con el riesgo de rodar al abismo, como dirían en antaño cuando algunos creían que la Tierra era plana.

Es decir, no tenemos una planeación de largo plazo, solo el anuncio cuatrienal de obras sin estudios y aisladas del conjunto, que en su gran mayoría se quedan, como se decía antes, en el tintero, ese pequeño frasco con la tinta que la muchachada de hoy no conoce. Es decir, como decía la loca que arrastraban del pelo: cómo vamos, vamos muy mal.

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