Lucha contra la corrupción

Por Luz Betty Jime… |
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Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.


El tema de la corrupción se convirtió de nuevo en un asunto de gran significación en medio de la campaña electoral, frente a la cual los gobiernos fueron incapaces de enfrenarla o de reducirla a su mínima expresión tal como lo proponía el gobierno de Turbay Ayala.

El hecho real es que la corrupción se transformó con el paso del tiempo en un fenómeno connatural al régimen económico, político y social, incentivado por diversos factores y fundamentalmente por el afán de lucro, que se apoderó de personas, organizaciones políticas y sociales y del conjunto de las instituciones del Estado a todos los niveles de la administración pública, del gobierno, el Congreso, las Cortes y Tribunales de Justicia y los entes de control, ligados con diversos grupos económicos interesados en los grandes negocios que se realizan en el país.

No cabe la menor duda de que la corrupción “todo lo corrompe”, todo lo compra, incluso la conciencia de las personas convertidas en simples mercancías en medio de una sociedad en donde el factor determinante es el dinero con el cual se justifica incluso el uso de la violencia para lograr determinados objetivos y fines legales o ilegales.

Y de ahí que no sea casual que en desarrollo de la campaña electoral los aspirantes a la presidencia de la república en su condición de precandidatos de una u otra coalición o simples candidatos, unánimemente se pronunciaran en contra de la corrupción que campea en el territorio nacional y a todos los niveles de la sociedad colombiana, que en la actualidad ocupa un deshonroso lugar en el concierto de los países más corruptos del mundo y de América Latina.

Lucha contra la corrupción

No obstante, las diferencias conceptuales entre los contendientes precandidatos y candidatos en materia de seguridad, empleo, reforma tributaria, incremento de la productividad, de la inversión de capitales externos, todos a una como en Fuenteovejuna coinciden en afirmar que la corrupción es un enemigo de la sociedad que es necesario erradicar para poder mejorar la confianza de los ciudadanos y las finanzas del Estado. Así por ejemplo, la precandidata Ingrid Betancourt al referirse a este tema manifestó que “desde hace 60 años estamos secuestrados por la corrupción”; en tanto que el precandidato Petro afirma que acabar con la corrupción implica quitarles el Estado a los corruptos (El Tiempo, Enero 22 de 2022).

La corrupción no es un asunto que pueda erradicarse con la creación de nuevas instituciones o la aprobación de leyes o el establecimiento de un mayor control institucional que por lo demás se ha politizado y caído en las redes de la corrupción.
El conocimiento y la experiencia sobre este tema demuestran que la corrupción no es un fenómeno social de fácil erradicación, en tanto que la mejor forma de combatirla es combinando el control efectivo que se realiza desde las instituciones del Estado con el control que pueden ejercer los ciudadanos contando para ello con las herramientas adecuadas para cumplir con dicha labor, siendo este último recurso un elemento fundamental de la democracia participativa, el cual debe estar a cargo de los ciudadanos mas capaces de la sociedad, escogidos democráticamente.

Por otra parte, se impone la necesidad a nivel institucional de que los funcionarios a quienes por mandato constitucional y legal se les dota de determinadas competencia y jurisdicción, pertenecientes a todas las ramas del poder público, rindan cuentas al pueblo o en su defecto a sus superiores jerárquicos, pudiendo ser revocados de sus cargos por actos de corrupción en el ejercicio de sus funciones.

La lucha contra la corrupción va más allá de los simples compromisos electorales de los precandidatos, al tiempo que constituye un deber político y moral de todos los ciudadanos y funcionarios del Estado que deben denunciar la corrupción y contribuir con las autoridades para conjurar en lo posible sus efectos perniciosos en contra de la sociedad.


Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social

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