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Tener una pelota en los pies hace parte de la herencia familiar. José Eduardo Andrade se entrena en la cancha de Cascajal siguiendo los pasos de su hermano mayor, Andrés Andrade.
El joven de 21 años hace parte de los jugadores que están probando suerte en la pretemporada escarlata. Se define a sí mismo como un volante mixto, con buen cambio de ritmo y llegada a gol. En los entrenamientos ha estado muy activo, pidiendo la pelota, soltándola rápido y con precisión, y yendo al suelo cuando debe hacerlo; está jugándosela toda.
Desde los siete años juega vestido de rojo. En América ha hecho todo su proceso de formación hasta formar parte del equipo sub20 con el cual compitió el año pasado en el Torneo Nacional. Y en la anterior temporada tuvo la oportunidad de actuar en el Torneo Águila y la Copa Águila con Atlético FC. Esa experiencia le sirvió para tener más madurez.
Además habla todos los días con su hermano y su padre Adolfo ‘Rifle’ Andrade, quienes le aconsejan nunca bajar la cabeza ante las adversidades, tener paciencia y aprovechar las oportunidades con la mejor disposición.
Al finalizar cada entrenamiento José Andrade conversa con sus antiguos compañeros de la categoría Sub20 y les asegura: “Quiero ganarme un puesto. Es difícil pero voy a trabajar para lograrlo”.
