Concejo de Cali y alcalde a “exorcizarse”

Por Redaccion |
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+Redacción

Malas prácticas, mala imagen

La contratación de la ampliación de la vía Cali-Jamundí, por $49,500 millones de pesos, dejó ver la gran mermelada que maneja el binomio alcaldía-Concejo. 8 o más concejales estuvieron en el compromiso de ayudar a que esta obra fuera adjudicada al contratista “estrella” de la alcaldía, Amezquita ingeniería. Se demostró el maridaje entre un grupo importante concejales y la administración municipal.

La hipótesis es que la administración municipal ( Secretaria de Infraestructura y otras ),  le cedió al Concejo de Cali, en un compromiso adquirido en la aprobación del presupuesto para las obras del sur y sus vigencias futuras, la participación activa a algunos cabildantes , para beneficiarse de la adjudicación del contrato.

Desde la aprobación de los proyectos con muchas irregularidades e ilegalidades (tanto  la autorización de endeudamiento para las obras por $194.500 millones, se conoció que algo raro esta entre manos, ver:

(http://caliescribe.com/es/20052017-1831/servicios-publicos/11962-servicios-publicos/nuevo-endeudamiento-por-194500-millones ) y (http://www.caliescribe.com/es/20052017-1849/cali-ciudad-y-ciudadanos/11973-cali-ciudad-y-ciudadanos/porque-no-votaron-el-credito ).

Y fue más evidente con como las vigencias futuras para obras por $94.500 millones, ver: ( https://caliescribe.com/es/21102017-2116/infraestructura/13051-infraestructura/alcalde-y-concejales-podrian-ser-destituidos )

Al ser consultados algunos concejales, y asistentes, se pudo conocer  que había el compromiso en esta gran licitación, lo que no contaba que la puja iba a ser entre pesos pesados de la contratación,  consorcios ( Ingecon, Conciviles y Concretos y Asfaltos ) , ( Construcciones Colombianas OHS, agrupación Guinovart obras y servicios hispania sucursal Colombia ) , ( Obresca, Sogar Ingeniería y Angar Construcciones ) y ( Amezquita Naranjo Ingeniería, Latco y Calderón Ingeniería ), lo que originó que la lucha de ingenieros, era también de abogados. Por ello, la participación de concejales cercanos políticamente al alcalde, fue evidente.

Esto indudablemente puso en duda la transparencia de la administración Armitage, y profundiza aún más la mala imagen que arrastra a la primera corporación administrativa de la ciudad.

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Maurice Armitage

Nuevamente las malas prácticas de otras épocas en la corporación volvieron a estar presentes en la mente de las personas que se enteran de los temas del municipio y especialmente la opinión pública, donde se aprovechan las facultades exorbitantes que le dio el constituyente del 91 a los concejos municipales, pactar negocios y  dádivas.

Por supuesto que hay concejales honestos, que no han participado de esta situación tan delicada para la ciudad, pues llegaron a trabajar por el interés general municipal. En privado miembros del gabinete del alcalde, señalan a los concejales que son honestos y transparentes, pero también a los que extorsionan con cartas, citaciones y pronunciamientos públicos, buscando contratos o decisiones que tengan implicaciones económicas.

Si los concejales de Cali no se deslindan de esta situación, lo smismo la administración municipal que dijo ser transparente, puede originarse un problema muy delicado frente a la opinión pública, cuando hay un fiscal General de la nación dispuesto a combatir la corrupción y un Procurador General de la nación dando cátedra de no dejarse intimidar de ningún partido, incluyendo el mismo que lo postuló

Es necesaria la coordinación entre el cabildo y el alcalde, su cooperación, pero para la democracia caleña es necesaria la independencia, respaldar iniciativas y frenar aquellas que por convicción, con estudios y argumentos,  consideran negativas para la ciudad. Pero aprobar todo, en contravía del derecho y la conveniencia, llega el momento que se derrumba.

Adicionalmente el Concejo municipal actual, ha cometido unos grandes pecados en lo que tiene que ver con el MIO, más de 13 años  y las 21 megaobras más de 9 años. Pero con las aprobaciones que dieron en diciembre pasado con el presupuesto municipal, el actual oncejo , demostró que  no  defiende la ciudad y de contera,  riñe con la normatividad legal.

De un alcalde que no necesita de la corrupción, puede quedar en duda la administración transparente, no solamente por el manejo del presupuesto público como en este caso, si no en las decisiones que tienen que ver con la ciudad, que podría estar beneficiando a grupos económicos. Un caso de estos es la plusvalía que no aparece, ni se defienden los intereses de la ciudad y la proyección de las obras como la prolongación de la Avenida Ciudad de Cali, que beneficia a unos sectores muy especiales en cuanto a la valorización de fincas y haciendas en el sur de la ciudad, en detrimento de sectores ya consolidados como la extensión de la avenida Circunvalación del sur.

Indudablemente que de las reflexiones de la semana Santa, obliga a utilizar un término religioso, pues tanto el alcalde de Cali Maurice Armitage y su gabinete de contratos, así  como la gran mayoría de los cabildantes deben exorcizarse. Es decir ambas instituciones deben  sacar de sus entrañas, algo maligno, algo que no se resiste a abandonarlas, sus malas prácticas, que origina su mala imagen.

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