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Álvaro Mejía López
Ex Senador de la República
Cómo te agradezco que hayas pensado en mí para proponerme que escriba una nota recordatoria de los “orígenes conservadores” de los Juegos Panamericanos, realizados en Cali a comienzos de los años setenta del siglo pasado.
Pienso que para esa misión bien puede haber, y hay, sin duda, cronistas mejores que este viejo soldado de tu propia causa política. Y, sin embargo, voy a intentar algo que se aproxime a lo que seguramente deseas…
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Para mi tengo, que los Panamericanos fueron, por fortuna, porque fue nuestra bandera, una hermosa y bien aprovechada oportunidad para que nuestra ciudad y, en general, nuestra región brillara ante el mundo como un ejemplo de lo que pudo y puede hacer nuestra raza vallecaucana cuando se empeña con tesón, sin egoísmos y sin ambages, en sacar adelante empresas de la magnitud de esos juegos, de los que fuimos sede histórica en representación de la región, del país y del continente entero. Cali floreció entonces ante el mundo con eficacia física y eficiencia cívica, mostrando la fortaleza espiritual de sus gentes y marcando, al mismo tiempo, una frontera espiritual con el pasado: fijando un nuevo punto de progreso para el que habría de ser el futuro de sus nuevas generaciones.
Sin duda alguna, y antes bien con satisfacción y orgullo, podemos afirmar que Cali cumplió y lo hizo con altura y con grandeza, mostrando al mundo cívico y deportivo el alcance de su potencial y la grandeza espiritual de sus gentes.
Es bueno recordar que poseemos este brillante y vigoroso potencial cuando la región y el país encaran retos históricos y sociales como los que hemos tenido que vivir recientemente. Y si probamos ya que nuestra raza tiene la voluntad y la fuerza suficientes para afrontar con exitosa grandeza los retos del crecimiento social y el desarrollo, pongámonos a tono con nuestras potencialidades y afrontemos otra vez -y todas las veces que sea necesario-, con optimismo y con grandeza, las mejores metas de que somos capaces los vallecaucanos.
Ayer fueron los Juegos Panamericanos . Mañana puede ser el diseño y la construcción de la nueva Colombia.
Todo depende de nosotros y del reto con el que queramos comprometernos
NR:
1. El presidente de la República que dio el aval para los Panamericanos de 1971 , Guillermo León Valencia y el gobernador que inicialmente apoyó Humberto Gonzales Narváez.
2.El Presidente de las realizaciones 1970 - 1971 e inauguración el 30 de julio de 1971, Misael Pastrana Borrero y el alcalde panamericano, Carlos Holguín Sardi.