Insua debuta, el Cali espera

Rubén Darío Insua prueba que su linaje dentro del deportivo Cali aún persiste. Sin temor a equivocarse le vio alinear un onceno que acabó de disuadir al mediocampo del  equipo rival en los entrenamientos de esta semana. Al equipo se le vio suelto, con confianza en la pegada y finura en los remates delicados que buscan que el arquero se confunda con la suavidad del tiro. Mejor dicho, en la práctica hubo clase. Y la clase, cuando se aprende a demostrar en un partido, te da la ventaja de la belleza. Que no es poca cosa. Ahora, Jairo Arboleda dirige frente al Quindío y gana jugando horrible. Los pelados del Cali, y los viejos venidos de tierras lejanas, no ven una en el juego en conjunto, aunque se destaquen en los remates de larga distancia y las incursiones individuales en el área, el juego de pases sistemático de un equipo que desee tener un estilo y una consistencia de juego, aún no se ven.

Que no pudieron jugar bien no es excusa para que Insua no tomara nota de todo lo que pasó. Así se dio cuenta de las falencias de un equipo que recibe descuartizado, tras perder a los mejores cuatro jugadores que tuvo en el último lustro. (Montero, Muriel, Ortega, Manga) antes de poder ganar algo con ellos. Así las cosas Insua sabe desde el comienzo, si es detallista y tiene  buena memoria, que el equipo que arme, del que seguramente saldrá algún crack, estará de seguro en venta al final del torneo donde la rompan, por lo cual ningún proceso va a poder llevarse a cabo.

El torneo se pone puntiagudo y apenas empieza. El conjunto verdiblanco  está a dos puntos del primero y aún así no es segundo ni tercero. El asunto aquí es de sumar e Insua espera poder hacerlo en seguidilla. Asegura que su equipo va a tener el balón como filosofía de juego y que lqs armas letales que esgriman sus contendientes serán desactivadas por un sistema de pivotes que, en teoría, no van a dejar ver una a los mediocampistas rivales. Ahora esperamos refrendar estas cualidades que se vieran en los entrenos frente a los rivales de carne y hueso, que son los que dan y quitan puntos.

Por otro lado la junta directiva y los socios se reunieron en la sede ejecutiva del club. El presidente, al dejar de hablar, y no lo hizo por mucho porque no lo dejaron, fue recriminado por una serie de insultos, que terminaron sembrar el caos y la desidia en el lugar, dejando a los socios sin un norte claro, sin saber a quién culpar o pedir ayuda. Un plato típico vallecaucano.