Carros y personas

Por Benjamin Barne… |

Por Benjamín Barney Caldas 

Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle, y Profesor Titular (Jubilado) de la misma. Docente en la San Buenaventura y la Javeriana de Cali, el Taller Internacional de Cartagena y la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá, e Isthmus Norte, en Chihuahua. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona.


Como dice Robert Musil: “A las ciudades se las conoce, como a las personas, en el andar” (Un hombre sin atributos, 1942, p.11). No es sino ver gentes cruzando las calles por la mitad con un peculiar “corridito”, o por detrás de los carros, con actitud de “listos” en un semáforo, o bajándose a la calzada antes de cruzar, para saber que se trata de Cali. En Nueva York van de prisa mientras en Paris pasean y en Berlín se detienen un paso antes del sardinel a esperar que cambie el semáforo.

En Cali no hay tiempo en los semáforos para los peatones y los pasos peatonales no coinciden con las rampas en sus extremos, o terminan contra un muro, y los pompeyanos son de adorno pues los hacen por fuera de la trayectoria de los peatones. Los carriles no coinciden de cuadra en cuadra, o son muy estrechos, y hay avenidas de dos calzadas en el mismo sentido, de tal manera que por una de ellas se transita por la izquierda, con peligro para los peatones. En fin, los límites de velocidad no se pueden cumplir

Pero hay otros exabruptos en el transito local de carros y personas poco mencionados. Como esas líneas de Pare antes de la esquina, desde las que no hay visibilidad sobre la calle que se va a cruzar, y los carros tiene que detenerse encima del paso peatonal, y que son muy peligrosas cuando además coinciden con una vía con sentidos opuestos pues de repente hay que mirar para todos los lados, mientras el de atrás pita insistentemente.

O esas calles estrechas con calzadas de apenas dos carriles angostos en sentido contrario en las que se permite estacionar a ambos lados, o que tienen un solo sentido pero que mas adelante se encuentra con que la circulación es en el otro. Y cuando se topan frente a frente dos carros es poco lo que se puede hacer: uno de ellos deberá echar reversa, maniobra que poco les gusta a los caleños en carro, tan orgullosos que son ellos de ir en carro.

Curiosamente cada uno trata de adelantársele al otro y finalmente se disgusta con el otro pero ninguno de los dos con las Autoridades Municipales culpables de generar ese tipo de situaciones. Y lamentablemente hay despistados que piensan ingenuamente que solucionar este tipo de problemas, aun cuando no se cuente con un Plan Vial Global, es ser “retrogrado” porque ahora las ciudades deben ser para los peatones, y se deciden por exigir imposibles.

Pero precisamente por eso es que también hay que solucionar estos asuntos locales, como igualmente la señalización y demarcación de las vías, ya que precisamente afectan la circulación y tranquilidad de la gente que va en carro o caminando: son las mismas personas. No entienden que si bien hay que solucionar todo, se podría comenzar por lo mas urgente y sencillo pero de tal manera que sea fácilmente reversible si llega a ser necesario.

En el caso mencionado habría que dejar estas calles en un solo sentido y con el estacionamiento a un solo lado, rotándolo por supuesto, y si no es posible, prohibir el estacionamiento en ellas. Pero claro, como dicho problema es ocasional, no se hace nada; que la gente siga alegando quien echa reversa y peleando con los frescos que se estacionan enfrente de los garajes, sin importar que estén con la debida señalización, la que, ya se sabe, los conductores tienden a ignorar pues al menos la mitad es anti técnica o mal ubicada.

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