Ciudades y academia

Por Benjamin Barne… |

Por Benjamín Barney Caldas 

Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle. Ha sido docente en Univalle y la San Buenaventura y la Javeriana de Cali, y continua siéndolo en el Taller Internacional de Cartagena, de los Andes, y en la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona. Escribe en Caliescribe.com desde 2011.


Si hay algo interdependiente desde sus mismos orígenes son las ciudades y las universidades; no en vano se dice ciudad universitaria. No existen ciudades importantes sin universidades y estas sólo pueden funcionar en una ciudad, e incluso definen su carácter como es el caso de Cambridge o Boston o aquí, aunque ya no tanto, Popayán. Debería ser claro que las universidades deben ser consultoras permanentes de los gobiernos municipales, tanto de las alcaldías como de los concejos.

En Cali esporádicamente se les encarga a las universidades, principalmente a la del Valle, estudios y proyectos, y hay representantes de la academia en algunos órganos de control como el Consejo Departamental de Patrimonio Cultural o el Comité de Patrimonio Municipal y algunos otros, pero lo deseable es que deberían ser consultores permanentes y oficiales, especialmente en la puesta al día de su plan de ordenamiento territorial, POT, y su evaluación periódica posterior.

De otro lado, las universidades deberían opinar regularmente sobre su puesta en practica y sobre el acontecer ciudadano de todos los días. Aunque algunos profesores lo hacen motu propio y basan su autoridad en el respectivo campo en ser profesores universitarios, como fue el caso de los “violentólogos” de Univalle, raramente las universidades y sus facultades, escuelas o departamentos lo hacen oficialmente en tanto tales. Sólo cuando son directamente afectados reaccionan.

Aquí existió el Grupo Ciudad en la década de 1980 conformado por arquitectos profesores de la Universidad del Valle, con artículos constantes en la prensa local y en el periódico universitario de entonces, y la Sociedad de Arquitectos, Seccional del Valle, tuvo una columna propia, y otros casos similares existieron alrededor de otros campos del saber. Es tiempo de reiniciar ese tipo de pronunciamientos que vinculen gremios, universidades y ciudades alrededor del conocimiento, las investigaciones y la crítica.

Mientras que sea elegido un alcalde que piense que es inteligente apoyarse en la academia (Guerrero pese a haber sido rector de Univalle no lo hizo) o que unos cuantos concejales (y tampoco lo hizo como concejal) lo conviertan en algo permanente mediante un acuerdo, es muy importante que los profesores opinen mas y que las directivas universitarias entiendan como un deber y parte de sus cargos, recoger y dar a conocer regularmente las opiniones de sus distintos departamentos sobre la ciudad.

Un buen sitio para comenzar a hacerlo es la sección de, Cali: ciudad y ciudadanos, de Caliescribe.com, y las directivas de este medio deberían invitarlos o al menos consultarlos directa y regularmente sobre aspectos profesionales. Quedarse en los periódicos y revistas universitarias indexadas es mantenerse en un público limitado, por lo que también seria conveniente volver una rutina el reproducir ciertos de sus artículos en otros medios de comunicación de mas amplia circulación.

Muchas veces la sociedad tiene una visión distorsionada del importante trabajo de investigación universitario, y muchos profesores no tienen idea de cuál es la percepción social de su trabajo. Es imperativo sacarlos de su torre de marfil, y es lo positivo de eventos como el Solar Decathlon 2015 en Cali, como lo pertinente de todos los comentarios al respecto. De cierta manera las ciudades son cada vez mas la puesta en practica del conocimiento académico; pero debe ser en primer lugar el local, no el importado.

 

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