El nuevo orden mundial

Por Felipe Quinter… |

*Redacción

La universalización del atletismo es una realidad y esa creciente tendencia se ha reflejado en el medallero de unos Mundiales que pasarán a la historia por su espectacularidad y el brote de resultados inesperados en algunas pruebas. Por primera vez en 24 años, el país que ha dominado la competición no ha sido Estados Unidos o Rusia, las dos potencias tradicionalmente más fuertes en este deporte, sino Kenia, abonada habitual a las disciplinas de mediofondo y fondo que, sin embargo, ha abierto su espectro para coronar también campeones en 400 metros vallas o jabalina.

La principal sorpresa, sin embargo, ha sido el descalabro de Rusia, que había liderado el medallero en su casa hace dos años y que en Pekín ha caído hasta la novena posición, con apenas cuatro medallas.

Desde 1991, Estados Unidos o Rusia habían dominado históricamente el medallero de los Mundiales

Sólo los dos oros de Sergey Shubenkov, en 110 metros vallas, y Maria Kuchina, en altura, han maquillado una actuación impropia de la tradición de éxitos de la escuela rusa, salpicada en los últimos años por numerosos casos de dopaje, sobre todo en la marcha -una de sus pruebas estrella-, que ha reducido drásticamente su presencia en los podios. De hecho, tras el escándalo de positivos entre sus marchadores, Rusia sólo inscribió a Yargunkin en los 50 km y ni siquiera éste pudo participar al no pasar un control -apareció EPO- antes de viajar a Pekín.

Algunos de los cambios en los primeros 15 puestos del medallero evidencian la universalización cada vez mayor del atletismo.

Europa, a la estela

A excepción de Gran Bretaña y Alemania -de nuevo en el top ten del medallero mundial- o Polonia, la universalización ha golpeado también los éxitos de algunos de los principales países europeos. Francia, décima en Moscú hace dos años con cuatro medallas, o Italia se han visto relegadas a puestos muy alejados de los que su desarrollo atlético parecía apuntar en campeonatos anteriores.

El equipo galo se marchó de Pekín con dos bronces, mientras que Italia ni siquiera subió al podio, niveles similares a los que pudo desplegar España, con el oro de Miguel Ángel López y la plaza de finalista de Ruth Beitia como únicos botines de una de las peores actuaciones en estos campeonatos de la historia.

En el polo opuesto Holanda, aupada a la duodécima plaza del medallero gracias a su gran figura de la velocidad, Dafne Schippers, cuya actuación en los 100 (plata) y sobre todo en los 200 metros -oro con récord de Europa incluido- la convirtió en la atleta blanca más rápida en el doble hectómetro.

Más allá de Europa, y del abanico de pruebas que han ampliado países como Jamaica -bronce en peso con Richards- o Kenia -las ya comentadas victorias en 400 vallas y jabalina-, China ha elevado también su cotización en los primeros Mundiales que celebraba en casa. Nueve medallas -un oro, siete platas y un bronce- han situado al país asiático en una posición de privilegio con vistas al importante año olímpico de 2016.

Fuera del tartán, la gran noticia en Pekín fue la elección de Sebastian Coe como presidente de la Federación Internacional de atletismo después de 16 años de jefatura de Lamine Diack. En manos del británico queda ahora la regeneración de una institución que había llegado muy tocada a la cita china por las últimas informaciones relacionadas con el dopaje y que tiene en esta faceta su gran reto para los próximos años.

Con Información de MARCA Mundial Atletismo

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