- Inicie sesión o registrese para enviar comentarios
Por María Angélica Vargas
Iniciando este año, entré a uno de los mejores colegios de nuestra ciudad. Contamos con unas agradables instalaciones, unos profesores preparados en su materia y comprensivos, un rector muy espiritual y mis compañeros son una bacanería; en fin me siento muy bien.
No sé por qué, como dicen los viejitos, la felicidad no dura. Mi profesora de biología se fue. Un día citaron a nuestros padres para informarles del retiro de la profesora, fue algo fuera de lo común, con gran sorpresa recibimos esta noticia. La profesora fue amenazada por unos alumnos de este colegio, le dijeron que si no se retiraba del colegio no respondían por ella y su familia. Qué horror.
No sé qué pasa. Ya no vale que sea un Colegio religioso. Se supone que todos los que estudiamos aquí, venimos de buena familia. Muy triste que tan jóvenes que estamos, no pensemos en todo lo que se causa intimidando a una persona. Porque nosotros los jóvenes no analizamos todo el daño que podemos hacer… la profesora se fue (cumplieron con su objetivo) pero… ¿y ahora qué?… nos perjudicamos porque no habrá continuidad en la enseñanza, ya estábamos adaptados a ella… se perjudica el colegio porque tiene que evaluar a otra persona para que la reemplace… se perjudica la profesora que se fue, porque queda desempleada y su familia sufre por ello… se perjudican los compañeros que la amenazaron, porque me imagino, que con esa forma de pensar y de actuar, ya serán un estorbo para nuestra ciudad. Con mentes así: qué horror.
