Rodrigo Guerrero, Juan Manuel Santos y El "Buen Gobierno" De EMCALI

Por Redaccion Cali… |

Por Wilson Arias

Representante a la Cámara por el Valle

Líder sindical y primer Colombiano en denunciar la extranjerización de la tierra.

Es un propósito común del Presidente Juan Manuel Santos y el Alcalde de Cali Rodrigo Guerrero, presentarse como los adalides del “buen gobierno” y la moralidad en el manejo de lo público, prédica con la que se pretenden mostrar ante la ciudadanía caleña con las credenciales para proscribir las prácticas clientelistas en la gestión de las Empresas Municipales de Cali. Débil maniobra de quienes representan a la clase política y al empresariado que han dispuesto del Estado para satisfacer sus intereses particularistas.

Sin duda alguna el patrimonio público de EMCALI EICE ESP, no ha estado exento del manejo clientelista impuesto por los partidos políticos que hoy se encuentran en las “coaliciones” nacional y municipal. La tradicional captura de la empresa por los partidos del “Frente Nacional” y ahora por los de la “Unidad Nacional”, la existencia de acuerdos burocráticos para el nombramiento del personal no cambió durante los 13 años de intervención, lo que sucedió fue tan solo una modificación del centro de la toma de decisiones del orden local al nacional. De hecho, en el nombramiento de los gerentes interventores han incidido los gremios –cada vez más especializados en el clientelismo corporativo– y los directorios políticos.

Este mal que ha generado el desorden administrativo en las Empresas Municipales y que sirvió en su momento para justificar la toma de posesión, no ha sido erradicado por la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, simplemente porque nunca tuvo ese propósito. La intervención ha servido para capturar las rentas públicas generadas por la empresa, para ponerlas al servicio del sector financiero y del “empresariado”, desde una administración pública dominada por partidos cuyas campañas son financiadas por los primeros. Se trata de verdaderas mafias que atraviesan el aparato de poder en sus estructuras económicas y políticas para obtener rentas adicionales y que tiene al clientelismo como una de sus estrategias principales.

La situación alcanzó precisamente su expresión más elaborada durante el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez, período en el que la intervención respondió exclusivamente a la agenda privatizadora de los servicios públicos, beneficiando a los empresarios que desde el sector privado proveen bienes y servicios en negocios que le compiten a las empresas públicas de los caleños.

La situación no es distinta en el Gobierno de Juan Manuel Santos muy a pesar del anuncio del cese de la intervención. Pero se pretende con él generar una matriz comunicacional: hacer pasar como salvadores, a quienes han contribuido a prolongar la intervención y con ello las prácticas clientelistas al interior de la EMCALI. Y de paso hacerlo en medio de una campaña presidencial de la que ya está participando el actual Primer Mandatario. Aunque se haga el santo.

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