Traslademos la Capital del Valle del Cauca a Buga y vendamos el sofá

Por Guillermo E. U… |

Por Guillermo E. Ulloa Tenorio

A raíz de la polémica sobre los recursos provenientes del gobierno nacional, a través de la figura del Contrato Plan, y la consecuente pataleta política se escucho el planteamiento como solución, trasladar la capital del Departamento a Buga, para estar más cerca a los 31 municipios que no pertenecen al G-11. (El G-11 es una asociación de municipios integrada por Buenaventura, Candelaria, Dagua, Florida, Jamundí, La Cumbre, Palmira, Pradera, Cali, Vijes y Yumbo.) Como solución es tan desentonada e inapropiada como el paradigma que ante una situación de adulterio conyugal se venda el sofá, testigo del acto de infidelidad.

Es lamentable que una figura novedosa de obtener recursos nacionales para desarrollar obras regionales no cuente con una visión de planeación coherente con la importancia de las necesidades departamentales. El liderazgo planificador de Cali indudablemente puso en evidencia que los demás municipios vallecaucanos, sus alcaldes, sus dirigentes políticos, la Asamblea Departamental y la Gobernación habían estado ausentes en la priorización de proyectos de impacto regional. Solo cuando sintieron las voces de protesta de parte de su electorado despertaron ante la realidad de falta de planeación, coherencia y unión de criterio para definir proyectos de envergadura regional.

El Gobernador Delgado, acompañado de algunos miembros de su gabinete y asambleístas, tuvieron reunión con Mauricio Santa Maria, director del Departamento Nacional de Planeación, donde se concluyó la importancia de presentar una sola propuesta departamental. El ejercicio de crear una subregión de los municipios asociados del G-11 es un ejemplo de planeación integral para lograr iniciativas comunes. Igual oportunidad tendrían los demás municipios, sin tener que asociarse en los G-13 (Centro del Valle) y los G-18 (Norte del Valle). Un departamento de ciudades intermedias con independencia y autonomía administrativa deben ser correspondidas y apoyadas por un manejo moderno de planificación.

Sin embargo la preocupación surge a raíz de la verdadera situación fiscal, tanto del Departamento como de los restantes 31 municipios, cuando se exija el compromiso de recursos presupuestales  de contrapartida regional y local. El Departamento, enmarcado fiscalmente en Ley 550, con una disminución importante de sus rentas propias de licores y del impuesto automotor, tiene que realizar un reacomodo presupuestal y recortar partidas de otros rubros para comprometer la contrapartida que el DNP le requerirá. Igual situación se presenta con los municipios que apenas empiezan a formular y priorizar proyectos para incluir en el paquete del modelo de propuesta única. El Gobernador afronta una difícil y ardua tarea para liderar un resultado exitoso que permita ejecutar las obras secundarias y terciarias que presentó esta semana ante la Dirección de Planeación.

Por otro lado, el planteamiento de trasladar la sede administrativa de la Gobernación del Departamento del Valle del Cauca a Buga merece mayor atención que una simple voz de protesta. Nace una oportunidad histórica para proyectar un  crecimiento urbano controlado. La privilegiada ubicación de Buga en el centro del departamento, equidistante de Buenaventura, Cali y Cartago sería de lógica interpretación convertirla en capital departamental.  La interconexión de las ciudades del valle geográfico, que cuentan con una impecable infraestructura vial, debe ser complementada con la rehabilitación del corredor férreo existente, lo cual permitiría generar un verdadero modelo de desarrollo urbano de la ciudad región del Pacifico. Se requiere liderazgo departamental, unificación y un criterio ideal de planificación para lograr un cambio estructural de sede administrativa departamental.

Brasilia, sede del gobierno federal Brasilero, Putrajaya, capital administrativa de Malasia o  Naipyidó , la nueva capital de Birmania, son algunos ejemplos de modernas sedes administrativas gubernamentales planificadas como tal.  Sí persiste el pensamiento de trasladar la sede administrativa departamental debe convertirse en proyecto y ejemplo de planificación de ciudad y no cantos de sirena para dejarse seducir por falsas e inconvenientes proposiciones.

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