Soñar Políticas para la Polis

Por Benjamin Barne… |

Por Benjamín Barney Caldas 

Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle, y Profesor Titular (Jubilado) de la misma. Docente en la San Buenaventura y la Javeriana de Cali, el Taller Internacional de Cartagena y la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá, e Isthmus Norte, en Chihuahua. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona.


El descontrolado incremento demográfico mundial lleva  cada vez mas gente a vivir en las ciudades. Y su rapidez aquí, un buen negocio para empresarios, terratenientes y contratistas, significó mas delincuencia y  accidentes de tránsito, la demolición del patrimonio cultural (memoria colectiva) y  la construcción de edificios espectáculo (que no espectaculares) e inseguros, y el despilfarro de energía y agua potable. Es el caso de los tres millones de Cali, que nadie quiere contar.

Habría que fortalecer el sistema de ciudades intermedias del valle del río Cauca, de lejos mas sostenibles, de Santander de Quilichao a Cartago, trasladar la Capital del Departamento a Buga, y recuperar el Tren Regional de Pasajeros (con mas  frecuencias y velocidad) para mermarle presión a Cali. Y crear su Área Metropolitana con Yumbo, Jamundí y las partes de Palmira, Candelaria, Puerto Tejada y Santander de Quilichao en las que ya esta asentada la ciudad aun cuando (es increíble) no aparezca en los planos del Departamento de Planeación.

Usar el Corredor Férreo para el Tren de Cercanías, una Autovía y una gran Alameda (cruzando dicha barrera urbana con puentes de amplios andenes en todas las vías que llegan a el). Completar el par vial de la 25-26 y el de las avenidas laterales del Río Cali. Dar continuidad a las principales vías Norte- Sur y Este- Oeste, y regresar a los dos sentidos en las de doble calzada. Regularizar y ampliar los andenes en todas partes, y poner semáforos sincronizados y con tiempo para los peatones. Crear una Autoridad Única para el Tránsito y el Transporte Público (de verdad masivo e integrado) y una Policía Municipal, apoyada por la Policía Nacional (después de la paz sobrará ejercito pero aun faltará mas policía).

Y zonificar a lo largo del Corredor Férreo los Centros Comerciales, Estaciones de Policía, Centros de Salud, Deporte y de Atención al Ciudadano, Colegios y Universidades, y altas torres exentas para oficinas y apartamentos con una plataforma de dos pisos para comercio. Y en el resto de la ciudad conservar paramentos y alturas predominantes en cada cuadra, sin dejar culatas. Y sólo centros recreativos y viviendas unifamiliares y aisladas en los suburbios, para que sean parte de un cinturón verde, liberando los cerros y la cordillera de invasiones de pobres y ricos, y recuperando los ejidos de la ciudad.

En los diferentes barrios y de acuerdo a sus usos predominantes y conformación urbana y arquitectónica, permitir todos los cambios de uso siempre y cuando no molesten a ningún vecino de ninguna manera, y aplicar el impuesto de plusvalía, para socializar las ganancias de los propietarios que quieran aumentar altura o área ocupada. Conservar sus Tiendas de Esquina y localizar mejor sus Escuelas Primarias y Locales Comerciales, alrededor de sus Parques. Y restringir el tránsito automotor en sus vías locales; y garantizar el silencio nocturnos.

Todo lo anterior aplicado en los barrios (las comunas son demasiado grandes y diversas) por Juntas de Planificación y Control, de elección popular y remuneradas solo por su asistencia comprobada y previamente definida, apoyadas por la Policía Municipal, y supervisadas por una Administración  de Alcaldes reelegibles y Concejales que sean representantes de Universidades,  Gremios y  Barrios, y preparados en lo urbano arquitectónico antes de aspirar a regir los asuntos públicos (la política) de una ciudad (la polis) o incluso un pequeño barrio.

 

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