El Presidente de la SAC; hablándole duro a Juan Manuel Santos

Por José Antonio A… |

Por José A. Aguilera

Amig@s de Cali, tenemos a un presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), defendiendo nuestros intereses, el lunes pasado, durante una reunión del Gobierno con todos los miembros del gremio agrario. Le dijo al presidente "Quién manda aquí: el Presidente o la isla de Cuba?" y agotó la paciencia al señor presidente de la república, se enojó, le dio ira, se colocó rojo de la rabia, El Presidente estaba lo suficientemente molesto, todos los demás gremios del campo casi salen corriendo de la reunión en la casa de Nariño, fue muy directo al grano el director de la SAC, no más mentiras, los herbicidas siguen con los precios altos, los abonos ni se diga, estamos en recolección de maíz, sorgo, frijol, aguacate, arroz, frutas y los precios por el suelo y el invierno pudriendo los productos y Juan Manuel Santos ni se mosquea a favor del campo, entra papa de contrabando de ecuador y lo insólito es que llega hasta Boyacá y se distribuye a nivel nacional.

Pero lo más insólito es Cuando este pidió la palabra es decir el Dr. Mejía, Santos le dijo que sí se la daba, pero con la condición de excusarse. Como así señor presidente no podemos expresar nuestro inconformismo, el Dr. Mejía es nuestro representante y el lleva todas las inquietudes así a usted no le guste presidente, o porque usted es de extracto 10 hay que arrodillársele como en la época del Virreinato de la Nueva Granada…

El directivo es la voz de los 47 gremios y entidades que agrupa la SAC desde hace 13 años y su relación con el campo es de toda una vida. A los cinco años ordeñó la primera vaca y no tenía ni idea de que sería el ‘caporal’ de todos los ordeñadores del país ni, mucho menos, voz de los agricultores.

Para finales de los años sesenta fue a la Universidad de Raleigh, en Carolina del Norte (Estados Unidos), y de allí salió como zootecnista y luego como posgraduado en economía agrícola.

Sus cargos siempre los alternó con su actividad como productor del campo. Hoy mantiene sus negocios de arroz en el Tolima y de leche en Ubaté (Cundinamarca), y se ufana de no haber recibido jamás subsidios, garantías ni prebendas.

Esas actividades le dieron las credenciales para ser presidente del gremio lechero (Analac) y posteriormente, desde el 2001, de la SAC.

En sus años de defensa de los intereses del sector, ha tenido otros momentos críticos y diferencias prácticamente con todos los ministros de Agricultura.

Cambiando de tema, este lunes se realizó una movilización campesina en todo el país para mostrar el inconformismo por el manejo que el Gobierno le ha dado a la crisis en el campo. Además, es posible que se fije otra fecha de paro agrario, seguimos abandonados por el gobierno solo piensa que con decretos y salir por televisión aquí no pasa nada, se soluciona seguiremos con las protestas.

El futuro es incierto para muchos. En Colombia hay 42,6 millones de hectáreas de uso agropecuario, de las cuales 21,5 millones pueden destinarse a la agricultura, pero en realidad solo hay 3,8 millones de hectáreas productivas.

Las razones de la incertidumbre son varias y en los últimos meses las han develado los campesinos, quienes consideran que no es rentable producir en el país. Para analistas como Víctor Julio Flórez, decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional, el gran problema del agro es que carece de una política estatal.

El problema es muy sencillo y es que el agro no es competitivo y no hay herramientas de apoyo al sector. “El Estado nos dice compitan, pero no hay vías, no hay maquinaria, los insumos son altos.

El Gobierno informó que esta semana continuará el seguimiento a los compromisos acordados con los campesinos y el presidente Santos adoptó nuevas medidas: los insumos tendrán un precio máximo de referencia y se intervendrá el costo de los fertilizantes y luego de los plaguicidas, habrá también otro esquema para la compra masiva de insumos, a través de la Bolsa Mercantil de Colombia y Vecol, y se abrirá una línea de crédito asociativo para la compra de estos productos, es decir más decretos y nada de soluciones.

Alejandro Estévez, presidente de Fedepapa, duda que las nuevas medidas beneficien a todos por igual, porque “no son soluciones de fondo, el sector está escéptico porque hasta ahora no se ha resuelto el problema”, El Gobierno dice si su sector no es productivo, sencillamente cámbielo y lo cambiamos por qué, que nos den la fórmula. Es muy fácil decir cambien, pero a su cuenta, riesgo e imaginación señor presidente?

Sin embargo, las exigencias para el Estado siguen. Luis Fernando Londoño, presidente de Asocaña y miembro de la Junta Directiva de la SAC, considera que al Gobierno no le debe temblar la mano para imponer las medidas de defensas comerciales necesarias, como salvaguardias y medidas antidumping, en casos en que los cultivadores estén afectados por los bajos precios de venta y por el aumento en las importaciones.

Por otro lado, dice que tal como otros países imponen fuertes y efectivos controles sanitarios a las importaciones de alimentos, Colombia debe también aplicar dichos controles, que iguale las condiciones de otras naciones e incluso las exigidas internamente a los productores.   

“En el largo plazo, el agro colombiano requiere de indicadores sostenibles de rentabilidad. Para este fin, existen múltiples tareas por parte del Gobierno para proveer bienes públicos básicos para el desarrollo”, aseguró Londoño.

Los cultivadores de pitaya la señora Sandra Milena García, gerente de Asoppitaya y de los cultivadores que hacen parte de esta asociación  ha dicho en varios conversatorios  es que algún día exista una agro incluyente, con capacidad de negociación, rentable, sostenible, más justo y, sobre todo, con unas condiciones dignas para el ser humano “porque sin campo no hay ciudad”.

Para esta líder que ha logrado colocar la pitaya que se produce en el Valle en mercados como el español y japonés, toda la actividad agrícola en Colombia es altamente riesgosa y en ocasiones inviable e insostenible debido a la incertidumbre en el mercadeo, los precios, los factores climáticos, los altos costos de insumos, vías carreteables en pésimas condiciones, que conlleven a ver el sector agropecuario como un negocio poco atractivo y por consiguiente en muchas ocasiones se piensa en un cambio de actividad.

Las soluciones que ha planteado esta productora están:

· Mejorar las condiciones de las vías de acceso al sector rural; garantizar alianzas con el sector privado para la compra justa de los productos agrícolas y que estos no se encuentren por debajo de los costos de producción en épocas de abundancia.

· Facilitar el acceso al crédito agropecuario y brindar opciones de condonación de intereses cuando el productor sea exitoso (dar bonificación por productividad).

· Garantizar una asistencia técnica efectiva y especializada; brindar apoyo técnico y financiero efectivo para los procesos de implementación de las Buenas Prácticas y certificaciones. “Además, financiar los procesos de comercialización de los productos tanto para el mercado nacional como internacional y lograr más apoyo para la investigación”

Hasta la próxima.

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