¿La triangulación con los árabes es un testaferrato?

Por Gustavo Álvare… |

El Jodario

Por Gustavo Alvarez Gardeazabal

No ha quedado nada claro el asunto del ex primer ministro Blair, el Gobierno de Santos y los inversionistas árabes.

Mientras más días pasan y más columnistas y Néstores hablan, nos acercamos a creer que estamos no frente a una triangulación innecesaria, sino frente a un testaferrato.

Hasta donde hemos podido saber y entender, el señor Blair recibió una plata del fondo de inversiones de Dubai por realizar unas asesorías en la planificación nacional de Colombia.

Esas asesorías no han podido ser identificadas. Ni el periodista del programa de Londoño Hoyos que lo denunció ni Blair ni su amigo, el presidente Santos, ni Simón, el director de Planeación, pueden dar fe sobre para qué verdaderamente lo contrataron.

Lo único verificable es que al ex primer ministro inglés le pagaron los árabes una milmillonada por decir que asesoraba al país de su amigo personal y político, el presidente de Colombia y que esos mismos árabes adquirieron, por los mismos días, la mayoría accionaria de unas minas de oro en el municipio de California, en Santander, como lo contó Norbey Quevedo en El Espectador el domingo.

Lo demás es pura sospecha. Y tenemos que sospechar porque no es explicable la triangulación.

Tampoco el gesto generoso de los árabes de pagarle a Blair su asesoría a Santos cuando estaban comprando títulos mineros en inmediaciones del páramo de Santurbán.

Esto, por supuesto, no se puede arreglar con anotaciones marginales de revista del jet set internacional, sino contándonos la verdad. Mientras tanto, tenemos que sospechar.

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