Aspectos relevantes de las pasadas elecciones

Por Luz Betty Jime… |

Por Luz B. Jiménez/Pablo Borrero

Previo a cualquier análisis de los resultados electorales del 25 de Octubre hay que decir que detrás del llamado juego político de los partidos y movimientos políticos que en la práctica conducen a la lucha competitiva de los mismos por la conquista o afianzamiento, en este caso del poder local y departamental, se oculta el inmenso poderío económico representado por los grandes intereses del gran capital que conjuntamente con las maquinarias políticas determinan en términos generales el éxito o fracaso de las campañas electorales.

Por otra parte la concurrencia de diversos partidos y movimientos políticos garantiza la lucha que se desata por el poder, a semejanza de lo que ocurre entre las fuerzas económicas que compiten en el mercado y que en éste caso de la lucha electoral generan cambios en la correlación de fuerzas políticas en contienda, cuyos resultados se traducen en la concentración de alcaldías, gobernaciones, concejos y asambleas departamentales.

En todo este tejemaneje ha jugado un papel muy importante la participación de varios candidatos inscritos por firmas respaldadas por movimientos sociales y políticos que lograron acceder al poder local  departamental y de representación popular en Concejos y Asambleas en diferentes ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, etc., en respuesta al deterioro de los partidos tradicionales y de los viejos y nuevos dirigentes que hoy no gozan de la confianza de los ciudadanos. Algunos de estos candidatos elegidos con firmas manifiestan su intención de instaurar un gobierno técnico no político para el desarrollo de su gestión y transformación administrativa del territorio de su jurisdicción, con énfasis en la construcción prioritaria de vivienda, centros comerciales e infraestructura vial siendo los mayores beneficiarios los contratistas del Estado, además de impulsar la economía de los servicios y el mantenimiento del asistencialismo mendicante en favor de los sectores vulnerables de la población, con lo cual se dará continuidad a las políticas neoliberales de sus antecesores, ligadas con los grandes negocios e intereses de los círculos económicos y políticos dominantes de las ciudades y departamentos.

En medio del debate electoral que terminó con la elección de una gama variopinta de candidatos se destaca el repunte de los integrantes del denominado partido Alianza Verde que accedieron al poder local y departamental directamente o a través de coaliciones con otros partidos, al tiempo que la mencionada izquierda democrática representada por el Polo Democrático pierde la oportunidad de continuar ocupando el segundo cargo más importante del país como es la alcaldía de Bogotá. Otros sectores de la izquierda como la UP no lograron conquistar curules en las principales capitales, quedando reducidos a una situación muy crítica desde el punto de vista político electoral y no obstante que en coalición con otros partidos consiguieron algunas curules en Nariño, Putumayo, que serán muy importantes en el tratamiento del post acuerdo.

La presencia del Centro Democrático y la obtención de varias curules no se compadecen con su potencial electoral, en tanto que su oposición política al proceso de paz puede generar serias contradicciones con las fuerzas democráticas y progresistas partidarias de los acuerdos entre el gobierno y las FARC-EP.

Ahora bien, en relación con el papel que jugaron las fuerzas políticas de la unidad nacional (Partido de la U) afectas al gobierno de Santos, no cabe la menor duda de su capacidad de reproducción y de reacomodamiento, en medio de la competencia electoral alimentada en gran medida por el clientelismo político, la trashumancia electoral, la entrega de avales y la presión ejercida contra los electores constreñidos a votar por los candidatos del establecimiento, logrando de esta manera mantener su hegemonía en la mayoría de municipios y departamentos, particularmente en el caso del partido Cambio Radical que lidera el Vicepresidente Vargas Lleras.

Es necesario recordar que los nuevos mandatarios no cuentan con ninguna política atinente al tratamiento que se debe dar a los reinsertados de la guerrilla y desplazados por la violencia, lo que generará una acumulación de problemas sin solución a corto y mediano plazo que de no resolverse oportunamente afectará sensiblemente a los habitantes de las ciudades en donde se asienten dichas comunidades.

Aunque aumentó la votación en comparación con otras elecciones, se mantiene la abstención en más de un 50% en las mayorías de las regiones con algunas excepciones, mientras que el VOTO EN BLANCO alcanzó una votación muy significativa a pesar de las dificultades para su difusión a través de los medios de comunicación, casi siempre al servicio de los candidatos del establecimiento, a pesar de lo cual los ciudadanos manifestaron su inconformidad con el estado de cosas y la falta de representatividad de los candidatos que participaron en el debate comicial.

Está claro que mientras no exista un verdadero estatuto de la oposición, financiación total de las campañas por parte del Estado, acceso al espectro electromagnético y reforma del régimen electoral que coloque en igualdad de condiciones a los participantes en el debate electoral, no será posible garantizar plenamente el ejercicio de los derechos políticos de los ciudadanos, en tanto lo que impera en la actualidad es un régimen electoral antidemocrático y oligárquico que linda con el autoritarismo aplicable a una parte de la población que las clases dirigentes utilizan como masa electoral disponible para sus propios fines y designios políticos, frente a los cuales la inmensa mayoría de ciudadanos que se abstuvieron de votar o que votaron en blanco deberán reflexionar sobre la necesidad de exigir sus derechos políticos como la mejor forma de avanzar por los caminos de una amplia democracia en igualdad de condiciones para todos y no de una democracia formal y limitada que únicamente le permite a una minoría mantenerse indefinidamente al frente del poder del Estado.

VEEDURIA CIUDADANA POR LA DEMOCRACIA Y LA CONVIVENCIA SOCIAL

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social

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