Responsabilidades frente a la crisis de Emcali.

Por Luz Betty Jime… |

Por Luz B. Jiménez/Pablo Borrero

La grave situación financiera, operacional y de negocios de EMCALI requiere de la nueva administración, tomar en consideración los cambios que se han venido operando en el mercado de los servicios públicos, frente a las amenazas y al abuso de la posición dominante de los grandes monopolios que actualmente operan en la ciudad. Llegar con eficacia y eficiencia a los usuarios no es tarea fácil sí se trata de hacer rentable y competitivo el negocio de los servicios públicos y de atender el cobro de los mismos con tarifas justas y razonables acordes con las necesidades del consumo y no como hasta ahora sometidos a la especulación y al alza desmedida de los mismos tal como viene sucediendo con las tarifas de energía.

La presentación de la gerente CRISTINA ARANGO ante el Concejo Municipal y la actuación de la mayoría de los concejales han dejado en claro que no tienen mayor conocimiento ni de la empresa ni del negocio de los servicios públicos, limitándose aquella a repetir lo que la ciudad y los usuarios ya conocen de tiempo atrás en relación con cada una de las unidades de negocios y con la escasez del agua debido  a la fuerte temporada de verano.

La crisis de EMCALI no puede analizarse sin establecer la responsabilidad que le cabe a los funcionarios de la Superservicios y a los gerentes que la han administrado después de cesar la intervención, ligada a los grandes contratos y al aumento exponencial del personal tercerizado, que poco ò nada han contribuido al mejoramiento de la gestión, en tanto se han despilfarrado ingentes recursos del presupuesto de la empresa.

El hecho de que el Ministro de Hacienda fuera determinante en la escogencia y nombramiento de la Doctora Cristina Arango como gerente general, nos debe llevar a la reflexión sobre la orientación que se le dará a EMCALI teniendo en cuenta que cualquier acuerdo, por ejemplo, sobre la deuda del billón de pesos depende de dicho ministerio, respecto de la cual el alcalde Guerrero aceptó pagarla dejando a su sucesor la obligación de hacerlo sin tener en cuenta los problemas que ello traería a la empresa que hoy no cuenta con la disponibilidad para proceder a su pago sin afectar su presupuesto de inversión, además del gravoso compromiso de invertir seiscientos mil millones de pesos en la construcción de redes de acueducto y alcantarillado en el Sur de la ciudad.

¿Cómo podían la Superintendencia y el Ministerio de Hacienda imponer dichas condiciones a una empresa que ha perdido valor y usuarios quedando rezagada en materia tecnológica frente a sus competidores en virtud de la mala gestión realizada por la entidad interventora? ¿Cómo aceptó el exalcalde Guerrero las condiciones onerosas de la deuda que fue compartida con la Nación?

Es un principio general que quien ocasiona un daño con su actuación, debe pagar los perjuicios que su acto ocasionó. En este caso la municipalidad tenía el deber político y jurídico de exigirle a la Nación- Superintendencia de Servicios Públicos el pago de los daños causados con su mala gestión que estuvo simplemente  enfocada al pago de la deuda al sector financiero y a vender a inversionistas privados Termoemcali y a privatizar el componente de telecomunicaciones.

El presupuesto de EMCALI para la vigencia fiscal 2016 supera los dos millones de  pesos, destinándose para funcionamiento más de ochocientos mil millones mientras que para inversión escasamente se destinará  una suma superior a trescientos mil millones. Cómo  justificar semejante gasto en funcionamiento sí desde antes del año 2003 se vienen realizando planes de “retiro voluntario” a través de los cuales la empresa ha pagado jugosas indemnizaciones o bonificaciones a los trabajadores que se acogieron a dichos planes, esto con el fin de disminuir la nómina y sin embargo, en la actualidad dichos gastos han crecido considerablemente? La respuesta a éste interrogante se deriva de la creciente nómina paralela que se ha creado en los últimos años con el incremento de la contratación que absorbe gran parte del presupuesto de funcionamiento, alimentado por el clientelismo político que ha aumentado su presencia al interior de la empresa desvirtuando su naturaleza pública y la función social en lo que corresponde a la prestación oportuna y con calidad de los servicios públicos.

Finalmente debe advertirse que la nueva administración continuará con la gestión que en el inmediato pasado ha estado comprometida fundamentalmente con la satisfacción de las exigencias desmedidas de los acreedores de EMCALI, urbanizadores, propietarios de tierras, antes que en la mejoría y excelencia en la continuidad de la prestación de los servicios públicos, expuestos en la actualidad a la posibilidad de ser privatizados totalmente, ante lo cual los ciudadanos deben estar atentos y actuar decididamente para impedir dicho despropósito.

VEEDURIA CIUDADANA POR LA DEMOCRACIA Y LA CONVIVENCIA SOCIAL

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social

 

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