Herencia de Timbiqui

Por Moisés Banguer… |

Por Moises Banguera Pinillo

Conocí a los abuelos y ancestros de nuestro querido Timbiquí, haciendo de su majestad natural sin retribución alguna crujir los pisos de madera o de barro al son de un toque rítmico, con instrumentos naturales como la guitarra, marimba, bombos, flautas entre otros. Recuerdo cuando llegaban las fiestas de los pueblos, especialmente las patronales los señores de la familia Angulo entre otros músicos durante varios días de celebración engalanaban las festividades haciendo mover con vals, corridos, jugas, parrandas y boleros a cuanto habitante o forastero concurrían a los encuentros.

 Me acuerdo cuando maguamba (que en paz descanse) músico de la tierra como llamábamos al tío de los amigos de Herencia, en la época de clausura de fin de año escolar prendía la fiesta en el salón grande de clases, alumbrado con velas y antorchas, acompañado de maracas, timba y la botella entonaba los boleros cantados por el amigo Julio (que en paz descanse) y, nosotros como estudiantes aprovechábamos la oscuridad de las velas  para macizar como decíamos en esa época a las estudiantes que solo les daban permisos para celebrar las clausuras de cada año escolar.

En los años ochentas cuando terminábamos el bachillerato con el amigo Oswaldo padre de quien llamábamos dindon dindo, el hoy flamante director de Herencia de Timbiquí salíamos a  parrandear con la guitarra y sorprendido veíamos  a Benner un niño que se sentaba al lado del guitarrero a ayudarle con el coro y luego entonaba sus canciones, lo sorprendente era que tenía un repertorio inmenso de canciones de baladas y música ecuatoriana en su mente.

Cuando muchachos y aun hoy, en el pacifico a los guitarreros les decímos vagos, desocupados porque algunos cantan por sentirse  feliz, otros por el traguito y muy pocos a cambio de algo.

Con la llegada del Petronio Álvarez la cultura del pacifico en cuanto a lo musical tuvo y tiene una gran vitrina que sin quererlo penetro al mundo musical a muchas personas dotadas naturalmente de una profesión como la de artista. En mi interior cuando vi y escuche el grupo de Herencia lo digo con franqueza que pensé tener al frente a unos muchachos con carisma, que formaban un equipo que tenía ganas de hacer historia, que nacieron para eso. Sin molestar a nadie, el apellido y sus ancestros familiares me hacían intuir que la conexión entre su cerebro, la mente y el corazón estaba provistas por ondas rítmicas que solo formaban música.

Jamás me imagine a estos muchachos resolviendo un balance, sentados detrás del mostrador en una tienda, jugando futbol, maestro de construcción etc. Pero sí veía en ellos que querían hacer de la música algo inédito para quienes nacimos por esas tierras.

La capacidad artística de Benner Vásquez es inmensa, la capacidad de almacenamiento de su memoria es incalculable, pero lo más importante de él es su carisma, su conexión química y su sencillez que le permiten al grupo encontrar espacios sin invertir cantidades de dinero. Permítanme agradecerle a la doctora Mabel Lara por todo lo que ha hecho para que nuestros paisanos sean cada día más visible en lo que hacen.

Llegar a los medios en Colombia es muy difícil, son el cuarto poder y privatizan las oportunidades. Pero Herencia de Timbiqui a mi entender ha tenido suficiente acceso y he podido observar que están en el corazón de los colombianos, activo importante para llegar al éxito.

Siendo así, Herencia de Timbiqui y en especial su director y compositor debe entender que el músico vive del escenario, del cariño de la gente y del valor en $ de su arte. Por eso no deben dejarse tentar por situaciones que los lleve a la polarización. La política, la religión, la raza entre otros son escenarios vetados para quienes viven del público y que están haciendo pininos para llegar al éxito o a la fama.

También es importante saber darle lectura a los tiempos de la música, ella vista como un medio de encontrar el éxito incluido el económico, en el caso de herencia llevan en la sangre la música del pacifico, la cultura y la herencia africana. Allí hay un espacio importante pero también hay limitantes para ser un artista sostenible. La versión del último video “te invito” conecta a esa Colombia olvidada con la Colombia urbana, la que está presente en las ferias, en los conciertos, en las discotecas y en los puntos de consumos.

Nadie puede atreverse a criticar el camino trazado por Herencia de Timbiqui, hasta ahora han logrado lo impensable referido a conquistar espacios, a penetrar en el publico, en los medios, inclusive en el campo internacional, conozco poco los intrígueles de su economía o su sostenibilidad en el tiempo.

Desde una mirada lejana me gustaría verlos ondear la bandera de la  cultura, de la raza, de nuestro pacifico, pero también me gustaría verlos alejado de la política partidista y cercanos al género de música integral donde la conquista del público y la explotación de sus dotes les permita a ellos y a sus familias tener un futuro diferente al de sus ancestros, las palmaditas en la espalda se borran con el sudor en el escenario, los amigos de parranda se van como la fama. Solo el patrimonio adquirido traspasa generaciones del árbol genealógico.

 

Nota: El alcalde Armitage a quien le di mi voto de confianza, debiera estar preocupado por reducir la sensación de inseguridad en la ciudad de Cali, antes de invitarnos a arrodillarnos a pedir perdón, salvo que lo merezcan como son los olvidados pueblos del Pacifico y del Atlántico Colombiano puertas de salidas y entrada a la nación Colombiana.

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