Cifras de desempleo, inseguridad y gestión del alcalde contradictorias…

Por Redaccion Cali… |

Si a esto le sumamos el hecho de que Cali tiene el campeonato nacional del mayor desempleo entre las principales ciudades del país, con un 15.4%, muy lejos de Bogotá con el 9.9%, Medellín con el 11.9% y Barranquilla con el 7.8%, la aprobación del Alcalde no sería aceptable.

Adicionalmente, al observar que los caleños en un 81% consideran que la inseguridad está empeorando, con una responsabilidad directa de la actual Administración Municipal, encuentra uno que las cifras son contradictorias.

Se pregunta uno el por qué de este comportamiento tan disímil de nuestros ciudadanos y la única respuesta indica que el manejo mediático que hace el Gobierno Municipal es hábilmente manejado y corresponde a una estrategia de comunicación. Pero, igualmente, la comunidad estudiosa de los problemas sociales se pregunta hasta cuándo durará esta imagen pública del Alcalde Ospina y la única respuesta a este interrogante sería: hasta que los organismos de control, llámese Fiscalía General de la Nación, La Procuraduría General o los tribuales o los Jueces de la República, fallen alguna del sinnúmero de demandas y quejas que los ciudadanos han presentado, lo que obligaría a todos los medios de comunicación a presentar la noticia de una manera objetiva, imparcial y equilibrada.

La democracia local nuevamente sigue amenazada precisamente porque la verdad de la ciudad en temas tan complejos como el de la seguridad, la corrupción, el desgreño administrativo, la violación de las normas legales, la ausencia de control político y de participación ciudadana, no sale a flote y por lo tanto la información es hábilmente manejada, lo que distorsiona la realidad económica, social y política de Cali.

El deterioro sigue siendo tan evidente como lamentable. Una sucesión de cinco alcaldes tiene a la otrora capital del deporte y civismo, con un desarrollo real sometido al atraso y la pujanza postrada. Las 21 Megaobras no corresponden a un plan integrado que mejore la movilidad de la ciudad. El MIO es inviable, técnica y económicamente. La situación es muy delicada.

Los caleños no hemos conseguido elegir un alcalde que revierta su dramática realidad, caracterizada por la desesperanza de sus habitantes y unos indicadores de gestión que están lejos de ser los mejores, como lo demuestran las cifras de seguridad, desempleo y desesperanza.

Lo peor que podría pasarle a Cali es equivocarse por sexta vez en la elección de su alcalde y está necesitada de escoger una persona ampliamente conocida por sus ejecutorias, quien determine por anticipado gobernar con los mejores, con un programa de gobierno creíble y con unos garantes en su aval, que nos permita a los caleños acostarnos el próximo 30 de Octubre tranquilos.

Por ello nuestra democracia local debe mejorar, para terminar con esta sucesión de alcaldes que, de una u otra manera, no le sirvieron a la ciudad y en el caso actual con una imagen maquillada tácticamente en beneficio de una persona, cuyos programas son muy cuestionados ante un escrutinio público imparcial. 

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