El entierro de la Autopista Bicentenario

Por Editorial |

Autopista Bicentenario Cali

La Administración Municipal no sabía cómo darle cristiana sepultura  a la  llamada AUTOPISTA BICENTENARIO, en razón a que tiene una licitación abierta por el Alcalde anterior y suspendida por reparos de ciudadanos, algunos gremios y de la Corporación Andina de Fomento CAF. Que sueño tan largo de tres años exactamente, fueron dos Acuerdos Municipales aprobados por la  Bicentenario, debates en donde los ciudadanos fueron oídos pero no escuchados, tanto por el Gobierno como por el Cabildo Municipal del pasado cuatrienio; pero llegó la sensatez y la racionalidad legal, técnica y administrativa al Municipio de Cali y se impuso el necesario entierro de ésta “Highway”.

Comenzamos el año 2009 cuando un millar de caleños fueron invitados al lanzamiento de la Autopista Bicentenario en el Hotel Dann Carlton y allí cuatro personas asumieron el pomposo, fastuoso y costoso sueño, una idea que nació muerta por ingeniería y legalidad. Cuatro personajes lideraron la idea y trataron con verdades parciales convencer a la mayoría de ciudadanos, de la importancia de unir a Cali con Yumbo y Jamundí a través de una “Expressway” por la línea férrea de la ciudad. Fueron ellos Jorge Iván Ospina entonces Alcalde, el empresario Fernando Garcés Lloreda, el Ing. Marino López y el Concejal Néstor Garcés Vernaza; el primero como representante legal del Municipio, el segundo como ideólogo con su experiencia de la doble calzada Buga- Tulua, el tercero como Ingeniero estructurador de la Buga- Tulua y responsable de la validez técnica de la nueva idea y el cuarto ofrecido para liderar al Concejo y buscarle aceptación en el sector empresarial. Indudablemente parecía ser una escuadra inderrotable. Todos ellos escucharon y leyeron los argumentos en contra, que nunca pudieron contestar y hoy son los responsables de un detrimento patrimonial, de más de $10 mil millones que costó todo esta ilusión. Los costos estuvieron en los contratos a la firma Diconsultoría  a quien se le entregó a dedo varios contratos por la EMRU y la Secretaría de Infraestructura y Valorización por más de $4.000 millones, insertos, publicidad de prensa, radio y televisión, abogados contratados en asesorías, costo de los ingenieros de la Secretaria de Infraestructura, administración por parte de la EMRU y la Dirección Jurídica de la Alcaldía, la fiesta inicial de $300 millones y más de tres meses de trabajo del Concejo Municipal en el estudio y aprobación de los Acuerdos 268 del 2009 y 311 del 2011, que autorizaron al Alcalde para construir una autopista urbana por el sistema de peaje.

El Alcalde Ospina sacó la licitación por $430 mil millones para la construcción de la Autopista Bicentenario en el mes de Julio del 2011, pero finalmente ante las críticas, tuvo que dejarla supeditada a la administración del Alcalde Rodrigo Guerrero, que ahora entierra el proyecto.

Ganó la ciudad, a pesar de que perdió más de $10 mil millones, pero no nos embarcamos en algo que no estaba amarrado con la planeación urbana de Cali ni hacia parte de su plan de desarrollo. En conclusión se corrige un error, se proyecta algo diferente, que en la práctica es lo mismo a lo decidido por el Concejo Municipal hace 32 años, mediante Acuerdo 02 de 1980 “corredor de transporte masivo de pasajeros a lo largo de las ferrovías que atraviesan Cali”, presentado por el Ingeniero Claudio Borrero Quijano, firmado por el Presidente del Cabildo Carlos Holmes Trujillo Miranda y sancionado por el Alcalde Alfredo Domínguez Borrero.

Rodrigo GuerreroAhora el Gobierno Municipal proyecta: priorizar el sistema de transporte masivo, acompañada de ciclorutas y con la conexión para vehículos entre el Norte y el Sur, dentro de un corredor ecológico. Esta idea fue presentada al representante del Banco Andino de Fomento CAF, quien anunció que en 45 días comenzaran los estudios de prefactibilidad por parte de los técnicos de dicha entidad.

Contundentemente dijo Víctor Traverso representante de este Organismo en Colombia que “esta Administración ha decidido que la Autopista Bicentenario no es proyecto correcto para la ciudad...”. Mientras el Alcalde Rodrigo Guerrero señaló que el objetivo central será lograr un transporte integral con los municipios de Palmira, Yumbo y Jamundí. Esto es lo correcto de privilegiar el transporte férreo, las bicicletas, peatones y finalmente los vehículos dentro de una estructura ambiental. Indudablemente el nuevo Gobierno Municipal está corrigiendo los desaciertos de las pasadas administraciones, que sin tener un plan de movilidad nos metieron en el MIO y en las Megaobras, para estar pagando las consecuencias ahora, con estos proyectos ya oficialmente en reestructuración técnica, económica y financiera, lo que le permitirá a la ciudad  proyectarse con mayor certidumbre hacia el futuro.

Es valiente el Alcalde, cuando él como Concejal no solamente aprobó la Autopista Bicentenario, sino que era impulsor de ella. Ahora con toda la información técnica y jurídica en sus manos, asumiendo la responsabilidad como gobernante, prefiere decapitar la “fantasía” de su antecesor, del alter-ego Nelson Garcés, de los interesados en que se repita la Buga - Tulua  y acepta el entierro definitivo del proyecto. No es un suicidio político es algo de la realpolitik; Es decir, es una política de ciudad basada en intereses prácticos, fundamentos técnicos no políticos, necesidades  concretas para atender responsabilidades futuras. En horabuena Rodrigo Guerrero Velasco.

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