No, Gobernador

Por Editorial |

Editorial

Ubeimar Delgado sigue sin sintonizarse con la ciudadanía y ahora le ha dado por reivindicar su buen nombre mediante el derecho constitucional y específicamente con una tutela. Resulta que el escritor y columnista Julio Cesar Londoño opinó que: “Ubeimar revolcó su gabinete por enésima vez... el Gobernador puede nombrar sus Secretarios como le plazca. Pero removerlos con tanta frecuencia es un irrespeto hacia ellos y un atentado criminal hacia el departamento” en ésta libre opinión e información no se ha dañado la imagen de nadie, sólo se ha dicho la verdad.

 

Que Ubeimar ha revolcado su gabinete, claro que lo ha hecho, sacó por politiquería a Juliana Garcés, Fabiola Perdomo y a Javier Roldan y sus reemplazos muy por debajo del nivel profesional de los despedidos. Que es un irrespeto hacia ellos, claro que sí lo es. A Juliana la sacó por los contratos de la Manzana del Saber, que gestionaba en la Biblioteca Departamental un Ingeniero ex Diputado hoy candidato a la Cámara de Representantes. A Fabiola la sacó por física envidia ante  el boom mediático nacional por el pacto Vallecaucano. Y a Roldan lo sacó por defender los intereses de los impuestos departamentales. Luego sí es un irrespeto hacia ellos la manera como perdieron su condición laboral y su imagen profesional y pública. 

Que es un atentado criminal contra el departamento, claro que lo es. Parece poquito desestabilizar la estructura administrativa del recaudo de la Hacienda Departamental y qué decir de atentar contra el patrimonio del Valle, al pretender la torcida del pescuezo a la contratación pública. Ambas situaciones son violatorias de la ley, la primera por tratar de trasgredir la planeación administrativa y financiera del Departamento y la segunda, por tráfico de influencias. Luego ambas acciones estuvieron contra la ley y en consecuencia son criminales.

En una sociedad democrática y pluralista no se puede impedir que los ciudadanos, columnistas y periodistas generen opiniones propias

La libertad de opinar es el derecho de todas las personas de comunicar sus concepciones e ideas. La Corte Constitucional sostiene que las opiniones deben fundarse en hechos veraces y que su ejercicio debe darse de manera responsable. En este caso, el escritor Londoño ha opinado, ha informado y ha dicho la verdad, mal hace el señor Gobernador en llevarlo a un proceso constitucional.

Su defensa es muy sencilla, que los tres altos funcionarios removidos de sus cargos le expliquen al Juez de tutela la verdad de los hechos, para ver si resiste Ubeimar la compulsada de copias de la justicia constitucional a procesos penales. Si se hila delgado en este atentado a la libertad de prensa, pobre Ubeimar. Por donde se mire, ya el mandatario de los vallecaucanos es un perdedor. 

Por supuesto que tenemos el derecho de informar, y ésta información según la H. Corte debe ser veraz exacta, completa e imparcial. Y precisamente esto es lo que ha hecho Londoño.

Que los tres altos funcionarios removidos de sus cargos le expliquen al Juez de tutela la verdad de los hechos

En una sociedad democrática y pluralista no se puede impedir que los ciudadanos, columnistas y periodistas generen opiniones propias y a todos corresponde opinar fundamentados en la realidad, de tal manera que no se engañe a los ciudadanos receptores de la información. La libertad de opinión es más amplia y no tiene límites como el ejercicio del derecho de información. Claro que la libertad de opinión está limitada por la veracidad de los hechos y por el ejercicio responsable, la controversia podría caber cuando se mezcla la información con la opinión. Londoño opinó sobre hechos que son ciertos y por lo tanto informó, pero informó con la verdad,  luego el juez constitucional debe fallar con la verdad real y si quiere precisar aún más que busque la verdad procesal. Es allí donde el Gobernador se infringiría una nueva derrota.

Por ello respetuosamente le decimos: No, Gobernador

 

 

 

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