Dios es equipo, es familia

Por Héctor de los Ríos |

Vida Nueva

Por Héctor de los Ríos L.

San Mateo 28,16-20

Qué hemos hecho los cristianos con el acontecimiento central de nuestra fe, que celebramos este domingo? Para muchos la Trinidad es un problema de matemáticas incomprensible. Uno igual a tres. Para otros es un artículo teórico del credo, pero no una realidad práctica en la vida nuestra de cada día.

Sin embargo, Jesús nos confía la vida íntima de Dios no para exigirnos un teorema intelectual, sino para revelarnos el acontecimiento de la persona y enseñarnos a vivir humanamente.

Según la primera página del primer libro de la biblia, sabemos que “el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios”. Por lo tanto, conocer a Dios es conocer también al hombre. Y actuar divinamente es actuar humanamente.

El hombre tiene grabada en su entraña la huella de Dios. Somos el reverso, el convexo de Dios. Somos hechos a lo divino. La vida de Dios corre por nuestras venas.

Ahora bien, lo que nos descubre al Dios uno y Trino es que Dios no es un ser solitario, aislado en su palacio de estrellas,  una isla en los espacios siderales. Dios es comunidad de amor, Dios es un equipo, un Hogar, una familia, Dios es un diálogo permanente. Si somos imagen de la Trinidad, esto nos compromete a vivir relaciones de amor en la familia, en la Iglesia y en el mundo.

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